martes, julio 17, 2007

Joyas de la familia

Frei Betto
religioso dominico

¿Qué sucede cuando crímenes horrendos son practicados por el gobierno de un país que se enorgullece de ser el paladín de la democracia y de la libertad? ¿Enmudecen avergonzados sus admiradores? Si tales atrocidades fuesen cometidas por los gobiernos de Chávez o de Fidel merecerían titulares truculentos. Serían la prueba contundente de que no tienen escrúpulos, violan los más elementales principios de civilidad, agreden los derechos humanos.

Parte de esa historia macabra, que incluye la confabulación entre el Estado y el crimen organizado, comienza a salir a la superficie. Presionado por la opinión pública, el gobierno de los Estados Unidos divulgó, en la última semana de junio, el documento de 693 páginas, curiosamente titulado “Joyas de la familia”, concerniente a las operaciones de la CIA entre 1950 y 1970. Es aterrador. La agencia de información y espionaje aparece como una sucursal del sindicato del crimen, dedicada a practicar asesinatos, escuchas telefónicas y violación de correspondencia ilegales, uso de seres humanos como cobayas involuntarias en tests de medicamentos, vigilancia de periodistas y personalidades contrarias a la guerra de Vietnam, como Jane Fonda.

En 1960 la CIA decidió asesinar a Fidel Castro, lo que ya es grave por tratarse de una iniciativa de una institución del Estado. Contrató para ello a un mafioso, Johny Roselli. La CIA le prometió a Roselli 150 mil dólares por la muerte de Fidel, pues la Revolución cubana afectaba los intereses de los Estados Unidos en la isla. El mafioso usó ‘naranjas’ para envenenar a Fidel, pero todos sus intentos fracasaron.

La CIA planificó también el asesinato de Patrice Lumumba, líder anticolonialista del Congo, en enero de 1971. Él había sido elegido primer ministro en 1960. Recurrió al apoyo de la Unión Soviética cuando la provincia de Katanga, rica en minerales, declaró su independencia, en un movimiento separatista apoyado por las potencias occidentales. Fue derribado por un golpe de Estado. Y al huir de la prisión domiciliar Lumumba fue capturado, golpeado, llevado en avión a Katanga, fusilado y su cuerpo derretido en ácido.

La CIA también preparó la emboscada que, en una carretera de la República Dominicana, ametralló al dictador Rafael Trujillo en mayo de 1961. Participó también en la eliminación, en 1970, del general chileno René Schneider, como parte de una conspiración que trataba de impedir la toma de posesión del presidente Salvador Allende. Todo eso está revelado en el informe del gobierno de los Estados Unidos.

La CIA y sus métodos criminales prosiguen activos, bajo las bendiciones de Bush: secuestros de supuestos terroristas en cualquier parte del mundo, trasladados a cárceles secretas en Europa Central y en Egipto, donde sufren torturas; la utilización de la base naval de Guantánamo como cárcel vedada a cualquier norma jurídica; la eliminación de líderes populares en Iraq y en Afganistán, etc.

El documento “Joyas de la familia” revela también que, en Brasil, la CIA espió, en los años 60, a la Iglesia Católica, rastreando las tendencias ideológicas de sacerdotes y obispos. Después del golpe de 1964 acusó a Brizola de haber recibido dinero de China y de Cuba para implantar la guerrilla en el sur del país.

“Joyas de la familia” comprueba igualmente lo que ya todos sabían: el gobierno de los Estados Unidos dio apoyo político, bélico y material al golpe militar de 1964. Lincoln Gordon, por entonces embajador en Brasil, recibió el respaldo directo del presidente Lyndon Jonson, y recomendó a la Casa Blanca “tomar medidas lo antes posible para la entrega clandestina de armas, que no sean de origen estadounidense, a las fuerzas partidarias de Castello Branco en Sao Paulo”. Las armas, que serían desembarcadas de un submarino, serían utilizadas por “unidades paramilitares que trabajan con grupos militares democráticos, o por militares amigos contra militares hostiles, si fuera necesario”.

Si el documento de la CIA ha merecido poco realce en los medios de comunicación, ¿por qué tanto alarde ante el hecho de que Chávez haya decidido, respaldado por las leyes venezolanas, no renovar la concesión de RCTV, y tanto silencio cuando la FCC (siglas en inglés de la Administración Federal de Comunicaciones), órgano del gobierno de los Estados Unidos, canceló 141 concesiones de radio y TV entre 1934 y 1987? En por lo menos 40 casos la FCC ni siquiera esperó a que expirase el plazo de la concesión, al contrario de lo que hizo Chávez en Venezuela.

En julio de 1969 la FCC revocó la concesión a la WLBT-TV; en 1981 a la WLNS-TV; en abril de 1998 a la radio Daily Digest. Sólo en la década de los 80 sucedieron 10 casos de no renovación.

En Inglaterra la autoridad estatal decretó, en marzo de 1999, el cierre temporal de MED TV, canal 22; en agosto del 2006 revocó la licencia a la ONE TV; en enero del 2004 a la Look 4 Love 2; en noviembre del 2006 a la StarDate TV 24; y en diciembre del 2006 al canal de telenovelas Auctionworld.

En ninguno de esos casos se oyeron protestas semejantes a las habidas por la decisión de Chávez.

La Unión Internacional de Comunicaciones (UIT) reconoce el derecho soberano de cada gobierno a “reglamentar sus telecomunicaciones, teniendo en cuenta la importancia creciente de las telecomunicaciones para la salvaguarda de la paz y el desarrollo económico y social de los Estados”. (Traducción de J.L.Burguet)