jueves, marzo 29, 2007

«Los emigrantes no se van porque quieren, sino porque los echan»

Entrevista a Eduardo Galeano, historiador y escritor uruguayo


Martín Garrido

www.revistateina.com


Hay muchas formas de mirar la historia. Por lo tanto, hay muchas maneras de ser historiador. La de Eduardo Galeano es, sin duda, crítica. O sea, que muchas de sus investigaciones sobre el pasado difieren, a veces radicalmente, de las versiones oficiales que se dictan en general en las escuelas. Ahí está Las venas abiertas de América Latina, su obra célebre —aunque no la única—, que allá por los 70 revolucionó la forma de concebir el atraso de la región que se extiende al sur de los Estados Unidos. Con este libro, Galeano demostró cómo el subdesarrollo latinoamericano se forjó a merced del enriquecimiento de las potencias coloniales, incluyendo a España. Y no lo hizo hace dos años y de manera superficial, sino hace tres décadas y media y con vastos fundamentos. Quien quiera conocer otra mirada del mal llamado descubrimiento de América y de los cinco ruinosos siglos posteriores, sólo debe acudir a la biblioteca.


En la entrevista con Teína, Galeano habla sobre la emigración del mundo pobre hacia el rico. Y lo hace por medio de un prisma crítico, una visión inconformista y que va más allá de las miradas superficiales que ven a las migraciones sólo como un ejercicio interesado por parte de quienes emigran. Una mirada externa, esa, muchas veces egoísta y limitada que sólo acepta que los seres humanos se van porque así lo desean. Como explica Galeano, en verdad hay mucho más detrás de esa supuesta práctica de voluntades viajeras: necesidad, sufrimiento y, también, relaciones de poder.


Corren tiempos de enfermedades múltiples sin aparente vacuna y con síntomas peligrosos. ¿Cómo vive usted este tiempo de guerras y emigraciones?

Los dueños del mundo lo están convirtiendo en un matadero y en un manicomio. Ellos dicen que la condición humana es así. Puede ser. No sé. No me convencen. Si nuestros abuelos más remotos hubieran sido como somos ahora, no hubiéramos durado ni un ratito en el mundo. Ellos sobrevivieron porque supieron compartir la comida y defenderse juntos. No se aniquilaban entre sí. Las hormigas tampoco, y por eso, insignificantes como son, pesan ahora tanto como todos nosotros sumados. No se matan entre ellas. Nosotros sí. Hemos perdido la memoria de la solidaridad.


En este aparente caos está latente la xenofobia, el racismo, el rechazo del otro. Parece que nunca el ser humano aprenderá a convivir como especie.

Citarme es de mal gusto, bien lo sé. Pero no resisto la tentación. Te contesto con algo que escribí en mi último libro, Bocas del tiempo, y pido perdón:

La historia que pudo ser:

Cristóbal Colón no consiguió descubrir América, porque no tenía visa y ni siquiera tenía pasaporte.

A Pedro Alvares Cabral le prohibieron desembarcar en Brasil, porque podía contagiar la viruela, el sarampión, la gripe y otras pestes desconocidas en el país.

Hernán Cortés y Francisco Pizarro se quedaron con las ganas de conquistar México y Perú, porque carecían de permiso de trabajo.

Pedro de Alvarado rebotó en Guatemala y Pedro de Valdivia no pudo entrar en Chile, porque no llevaban certificados policiales de buena conducta.

Los peregrinos del Mayflower fueron devueltos a la mar, porque en las costas de Massachusetts no había cuotas abiertas de inmigración.


Además de transitar América, las circunstancias políticas del Uruguay lo han forzado a emigrar a Argentina y luego a España. ¿Qué diferencias encuentra entre el emigrante político y el económico?

Yo fui exiliado político. No tuve más remedio que cambiar de mapa, porque no me gusta estar preso ni me gusta estar muerto. Pero siempre tuve bien clarito que los corridos por la economía la pasan mucho peor que los corridos por la policía. Nosotros tuvimos, tenemos, perspectivas de cambio. Ellos no.


Después de años fuera eligió volver al Uruguay y reencontrarse con su gente. Hace algunos meses afirmó en un programa de TVE que aún prefiere vivir en su país. ¿Por qué?

Elijo vivir en Montevideo porque es una ciudad donde todavía se puede respirar y caminar. Los dos derechos humanos más elementales, que la civilización moderna niega. Montevideo sigue siendo afortunadamente prehistórica. Ojalá siga.


Por las crisis económicas muchos latinoamericanos se vieron forzados a emigrar hacia Europa y EE. UU. ¿Se trata esta partida de una elección totalmente individual o hay que considerar la coacción que ejerce el contexto sobre esas personas?

No se van porque quieren. Se van porque los echan. Los emigrantes son desesperados, gente que se han cansado de tanto esperar y que, ya sin esperanza, huyen. Pasan los años. A algunos les va bien, a otros no tanto. Pero todos siguen, mal que bien, lo confiesen o no, con las raíces al aire. Los que vamos al dentista sabemos que las raíces al aire duelen.


La izquierda ha cobrado fuerza en los últimos tiempos y ha logrado históricos triunfos electorales en diversos países del cono sur, incluido Uruguay. ¿Cree que estos resultados representan una prueba de que América Latina se hartó de la injusticia? En todo caso, ¿qué pueden hacer estos gobernantes para abrir una etapa de mayor justicia social?

Lo primero que tienen que hacer es cumplir con lo que prometieron que iban a hacer. Esto es lo que más me preocupa. Las encuestas, las serias, las de verdad, demuestran que la mayoría de los jóvenes no cree en la democracia en América Latina. Y no sólo las encuestas. En la última elección de Chile, modelo de democracia si los hay, dos de cada tres jóvenes no votaron. No se tomaron el trabajo de inscribirse, por la sencilla razón de que no creen en eso. Esta es, creo, la gran responsabilidad de los políticos latinoamericanos. Los muchachos no quieren circo, y tienen razón. Ya basta de piruetas para engrupir [NdR: artimañas para engañar] a los giles.



Cuba ha sido un estandarte en política social durante los últimos 50 años. Un estado que mantuvo viva la utopía romántica de un modelo social más justo. Hoy parecen avecinarse tiempos de cambio para la isla. ¿Cómo cree que puede ser el después de Fidel?

No sé. Ojalá Cuba pueda mantener vivas sus dos mejores fuentes de energía: la solidaridad, porque Cuba es el país más solidario del mundo, y la dignidad, que Fidel Castro ha encarnado, hasta ahora, contra viento y marea. Yo he manifestado públicamente, en más de una ocasión, mis divergencias con la revolución cubana, porque entiendo que ha hecho lo que pudo y no lo que quiso, pero no puedo comulgar con la negación del derecho a la divergencia y del derecho a la libre circulación de las personas y de las ideas. Pero en fin, así es la vida. Sigo creyendo, y creeré mientras viva, que la verdadera militancia se ejerce desde la libertad de conciencia y no desde el deber de obediencia.


Medio Oriente se tambalea: Afganistán e Irak en ruinas, Palestina sin voz y en el olvido, el Líbano en llamas, Irán y Siria expectantes. ¿Puede salvarse Medio Oriente? ¿Cumple alguna función Latinoamérica en este sentido?

En Medio Oriente se está jugando el destino del mundo. Doña Condoleezza habla de un nuevo mapa. Ella no lo dice, pero quiere decir: que los países que tienen petróleo se incorporen como nuevas estrellitas a la bandera de los Estados Unidos, para que el miembro más querido de la familia siga siendo ese que duerme en el garaje. En esta guerra geopolítica por el dominio del petróleo, Israel desempeña un triste papel. Sus gobiernos sucesivos, desde hace años, hacen todo lo posible para que el mundo crea que Israel no es más que una base militar estadounidense. Yo no lo creo.


Mientras el mundo centra su atención en Medio Oriente parece que una vez más se ha olvidado a un continente en agonía constante. ¿Nos hemos hecho inmunes a la hemorragia diaria del continente africano?

Ninguna tierra del mundo ha sido tan maltratada, humillada, desangrada, como África. Eso que llaman Occidente tendría que empezar por pedirle disculpas.


(http://www.revistateina.com/teina/web/teina14/dos5.htm)

miércoles, marzo 28, 2007

"Millones de lectores esperando hambrientos"

Discurso de Gabo en el IV Congreso Internacional de la Lengua Española

En un auditorio abarrotado se inauguró hoy el IV CILE. Los discursos dedicaron bellas palabras al idioma, pero sobre todo a Gabriel García Márquez, quien le recordó a "todos los escritores, poetas, narradores y educadores de nuestra lengua" el desafío de multiplicar "una muchedumbre hambrienta de lectura de textos en lengua castellana". Aquí el discurso completo de Gabo.

A Gabo le llovieron palabras honrosas de escritores, políticos y académicos. El Rey de España, el Gobierno Colombiano, la Real Academia Española, el Instituto Cervantes, y los escritores Tomás Eloy Martínez, Antonio Muñoz Molina y Carlos Fuentes intervinieron en la ceremonia.

CARTAGENA DE INDIAS, 26 de marzo 2007

DISCURSO DE GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ DURANTE LA JORNADA INAUGURAL DEL IV CONGRESO INTERNACIONAL DE LA LENGUA ESPAÑOLA:

"Ni en el más delirante de mis sueños, en los días en que escribía Cien Años de Soledad, llegué a imaginar que podría asistir a este acto para sustentar la edición de un millón de ejemplares. Pensar que un millón de personas pudieran leer algo escrito en la soledad de mi cuarto, con 28 letras del alfabeto y dos dedos como todo arsenal, parecería a todas luces una locura.

Hoy las academias de la lengua lo hacen con un gesto hacia una novela que ha pasado ante los ojos de cincuenta veces un millón de lectores, y hacia un artesano, insomne como yo, que no sale de su sorpresa por todo lo que le ha sucedido.

Pero no se trata ni puede tratarse de un reconocimiento a un escritor. Este milagro es la demostración irrefutable de que hay una cantidad enorme de personas dispuestas a leer historias en lengua castellana, y por lo tanto un millón de ejemplares de Cien Años de Soledad no son un millón de homenajes al escritor que hoy recibe, sonrojado, el primer libro de este tiraje descomunal. Es la demostración de que hay millones de lectores de textos en lengua castellana esperando, hambrientos, de este alimento.

No sé a qué horas sucedió todo. Sólo sé que desde que tenía 17 años y hasta la mañana de hoy, no he hecho cosa distinta que levantarme temprano todos los días, sentarme frente a un teclado, para llenar una página en blanco o una pantalla vacía del computador, con la única misión de escribir una historia aún no contada por nadie, que le haga más feliz la vida a un lector inexistente.

En mi rutina de escribir, nada he cambiado desde entonces. Nunca he visto nada distinto que mis dos dedos índices golpeando, una a una y a un buen ritmo, las 28 letras del alfabeto inmodificado que he tenido ante mis ojos durante estos setenta y pico de años.

Hoy me tocó levantar la cabeza para asistir a este homenaje, que agradezco, y no puedo hacer otra cosa que detenerme a pensar qué es lo que me ha sucedido. Lo que veo es que el lector inexistente de mi página en blanco, es hoy una descomunal muchedumbre, hambrienta de lectura, de textos en lengua castellana.

Los lectores de Cien Años de Soledad son hoy una comunidad que si viviera en un mismo pedazo de tierra, sería uno de los veinte países más poblados del mundo.

No se trata de una afirmación jactanciosa. Al contrario, quiero apenas mostrar que ahí está una gigantesca cantidad de personas que han demostrado con su hábito de lectura que tienen un alma abierta para ser llenada con mensajes en castellano.

El desafío es para todos los escritores, todos los poetas, narradores y educadores de nuestra lengua, para alimentar esa sed y multiplicar esta muchedumbre, verdadera razón de ser de nuestro oficio y, por supuesto, de nosotros mismos.

A mis 38 años y ya con cuatro libros publicados desde mis 20 años, me senté ante la máquina de escribir y empecé: "Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo". No tenía la menor idea del significado ni del origen de esa frase ni hacia dónde debía conducirme. Lo que hoy sé es que no dejé de escribir ni un solo día durante 18 meses, hasta que terminé el libro.

Parecerá mentira, pero uno de mis problemas más apremiantes era el papel para la máquina de escribir. Tenía la mala educación de creer que los errores de mecanografía, de lenguaje o de gramática, eran en realidad errores de creación, y cada vez que los detectaba rompía la hoja y la tiraba al canasto de la basura para empezar de nuevo.

Con el ritmo que había adquirido en un año de práctica, calculé que me costaría unos seis meses de mañanas diarias para terminar.

Esperanza Araiza, la inolvidable Pera, era una mecanógrafa de poetas y cineastas que había pasado en limpio grandes obras de escritores mexicanos, entre ellos "La región más transparente", de Carlos Fuentes; "Pedro Páramo", de Juan Rulfo, y varios guiones originales de don Luis Buñuel.

Cuando le propuse que me sacara en limpio la versión final, la novela era un borrador acribillado de remiendos, primero en tinta negra y después en tinta roja, para evitar confusiones. Pero eso no era nada para una mujer acostumbrada a todo en una jaula de locos.

Pocos años después, Pera me confesó que cuando llevaba a su casa la última versión corregida por mí, resbaló al bajarse del autobús, con un aguacero diluvial, y las cuartillas quedaron flotando en el cenegal de la calle. Las recogió, empapadas y casi ilegibles, con la ayuda de otros pasajeros, y las secó en su casa, hoja por hoja, con una plancha de ropa.

Lo que podía ser motivo de otro libro mejor, sería cómo sobrevivimos Mercedes y yo, con nuestros dos hijos, durante ese tiempo en que no gané ningún centavo por ninguna parte. Ni siquiera sé cómo hizo Mercedes durante esos meses para que no faltara ni un día la comida en la casa.

Habíamos resistido a la tentación de los préstamos con interés, hasta que nos amarramos el corazón y emprendimos nuestras primeras incursiones al Monte de Piedad.

Después de los alivios efímeros con ciertas cosas menudas, hubo que apelar a las joyas que Mercedes había recibido de sus familiares a través de los años. El experto las examinó con un rigor de cirujano, pasó y revisó con su ojo mágico los diamantes de los aretes, las esmeraldas del collar, los rubíes de las sortijas, y al final nos los devolvió con una larga verónica de novillero: "Todo esto es puro vidrio".

En los momentos de dificultades mayores, Mercedes hizo sus cuentas astrales y le dijo a su paciente casero, sin el mínimo temblor en la voz: "Podemos pagarle todo junto dentro de seis meses".

"Perdone señora –le contestó el propietario–, ¿se da cuenta de que entonces será una suma enorme?".

"Me doy cuenta –dijo Mercedes, impasible–, pero entonces lo tendremos todo resuelto, esté tranquilo".

Al buen licenciado, que era un alto funcionario del Estado y uno de los hombres más elegantes y pacientes que habíamos conocido, tampoco le tembló la voz para contestar: "Muy bien, señora, con su palabra me basta". Y sacó sus cuentas mortales: "La espero el 7 de setiembre (sic)".

Por fin, a principios de agosto de 1966, Mercedes y yo fuimos a la oficina de correos de la ciudad de México, para enviar a Buenos Aires la versión terminada de Cien Años de Soledad, un paquete de 590 cuartillas escritas a máquina, a doble espacio y en papel ordinario y dirigidas a Francisco Porrúa, director literario de la editorial Suramericana.

El empleado del correo puso el paquete en la balanza, hizo sus cálculos mentales y dijo: "Son 82 pesos".
Mercedes contó los billetes y las monedas sueltas que le quedaban en la cartera, y se enfrentó a la realidad: "Sólo tenemos 53".

Abrimos el paquete, lo dividimos en dos partes iguales y mandamos una a Buenos Aires, sin preguntar siquiera cómo íbamos a conseguir el dinero para mandar el resto. Sólo después caímos en la cuenta de que no habíamos mandado la primera sino la última parte. Pero antes de que consiguiéramos el dinero para mandarla, ya Paco Porrúa, nuestro hombre en la editorial Suramericana, ansioso de leer la primera mitad del libro, nos anticipó dinero para que pudiéramos enviarla.

Fue así como volvimos a nacer en nuestra vida de hoy.

Muchas gracias".

(http://www.congresodelalengua.gov.co/sala_de_prensa/Solemne_inaugural_HomenajeGabo.htm)

lunes, marzo 26, 2007

La verdad, Pilato, es…

Pedro Casaldáliga
Sao Félix de Araguaia

En fraterna comunión total
con Jon Sobrino
teólogo del Dios de los pobres,
compañero fiel de Jesús de Nazaret,
testigo de nuestros mártires.

¿Qué es la verdad? ¿Quién tiene la verdad? ¿Cuál es la política verdadera? ¿Cuál es la verdadera religión? Esas preguntas, con diverso tono y a veces provocando desconcierto e indignación, son preguntas universales y de cada día y no las podemos rehuir, ni en la política, ni en la religión. La globalización, si por un lado nos amarra al lucro desalmado, por otro lado nos proporciona espacios nuevos de diálogo y de convivencia, en la verdad compartida.

Nuestra Agenda Latinoamericana Mundial, en estos años de 2007 y 2008, pregunta por la verdadera democracia y denuncia la falsa política. En 2007, “Exigimos y hacemos otra democracia”; y en 2008, “La política ha muerto, viva la política”.

Aquí, en América, en medio de ambigüedades, crispaciones y desencantos, se está dando un viraje hacia la izquierda. Pero, en congresos y en publicaciones, se hacen las preguntas inevitables: ¿qué es la izquierda, qué es la democracia, cuál es la verdadera política, cuál es la verdadera religión, cuál es la verdadera iglesia?

No hay duda que caminamos, a pesar de las dramáticas estadísticas que el PNUD y otras instituciones de opinión nos dan. Son 834 millones de personas las que pasan hambre en el mundo y cada año son 4 millones más. Un 40% de la población mundial vive en la pobreza extrema. En América Latina son unos 205 millones de personas en la pobreza. En África Subsahariana son 47 millones. El economista Luís de Sebastián recuerda que “África es un pecado de Europa”, la mayor deuda actual de la Humanidad. El mundo emplea anualmente un billón de dólares en armas, cantidad 15 veces superior a la cantidad destinada a la ayuda internacional… La desigualdad en nuestra aldea global es una verdadera blasfemia contra la fraternidad universal. Un ejemplo: la media de la renta anual de las personas más ricas de EE UU es de 118.000 dólares; y la media de la renta anual de las personas más pobres de Sierra Leona es de 28 dólares.

Camina el diálogo ecuménico e interreligioso, todavía en las márgenes, y minoritario aún. El fenómeno grave y mundial de la migración está exigiendo respuestas y decisiones que afectan ya a los diferentes pueblos y culturas y religiones. ¿De quién es la verdad?, ¿de quién no es?.

La Iglesia, la Iglesia católica, celebra, en Aparecida (Brasil), en este mes de mayo, la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano y Caribeño. Y ya se han levantado voces, sinceras y dignas de toda participación, reclamando “lo que no puede faltar en Aparecida”: la opción por lo pobres, el ecumenismo y el macroecumenismo, la vinculación de fe y política, el cuidado de la naturaleza, la contestación profética al capitalismo neoliberal, el derecho de los pueblos indígenas y afroamericanos, el protagonismo del laicado, el reconocimiento efectivo de la participación de la mujer en todas las instancias eclesiales, la corresponsabilidad y la subsidiaridad de toda la Iglesia , el estímulo a las CEBs, la memoria comprometedora de nuestros mártires, la inculturación sincera del Evangelio en la teología, en la liturgia, en la pastoral, en el derecho canónico. En fin, la continuidad, actualizada, de nuestra “irrenunciable tradición latinoamericana” que arranca, sobre todo, de Medellín.

El tema del V CELAM es: “Discípulos y misioneros de Jesucristo, para que en Él nuestros pueblos tengan vida. Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Las discípulas y misioneras, ya que no entran en el enunciado, esperamos que entren en las decisiones de la Conferencia…). El discipulado y la misión son la vivencia concreta y apasionada del seguimiento de Jesús, “al acecho del Reino”. El teólogo A. Brighenti señala que el déficit eclesiológico del Documento de Participación se expresa, sobre todo, en el eclipse del Reino de Dios, citado sólo dos veces en todo el documento. ¿Por qué se le tiene tanto miedo al Reino de Dios, que fue la obsesión, la vida, la muerte y la resurrección de Jesús?

No está todo tranquilo en esa Conferencia del CELAM. Con muy mala sombra, como dirían los castizos, ahora, en vísperas de la Conferencia, ha estallado el proceso de nuestro querido Jon Sobrino. Muy sintomático, porque un cardenal de la Curia romana ya ha declarado que antes de Aparecida estará liquidada la Teología de la Liberación. Ese ilustre purpurado habrá de aceptar, supongo, que después de Aparecida continuará vivo y activo el Dios de los pobres, y continuará subversivo el Evangelio de la liberación; y que desgraciadamente el hambre, la guerra, la injusticia, la marginación, la corrupción, la codicia, continuarán exigiendo de nuestra Iglesia el compromiso real al servicio de los pobres de Dios.

Yo le he escrito a Jon Sobrino, recordándole que somos millones los que lo acompañamos y es, sobre todo, Jesús de Nazaret quien lo acompaña. Le recordaba a Jon aquella décima que escribí a raíz del martirio de sus compañeros de la UCA : “Ya sois la verdad en cruz / y la ciencia en profecía, / y es total la compañía, / compañeros de Jesús”. Por tu santa culpa, le decía a Jon, muchos estamos oyendo, traspasada de actualidad, la pregunta decisiva de Jesús: “Y vosotros ¿quién decís que soy?” Porque es al verdadero Jesús a quien queremos seguir.

Despectivamente Pilato le pregunta a Jesús qué es la verdad y no se para a oír la respuesta y además lo entrega a la muerte y se lava las manos. Maxence van der Meersch le responde a Pilato y nos responde a todos: “La verdad, Pilato, es estar del lado de los pobres”. La religión y la política han de acoger esa respuesta hasta las últimas consecuencias. Toda la vida de Jesús, además, es esa misma respuesta. La opción por los pobres define toda política y toda religión. Antes era “fuera de la Iglesia no hay salvación”; después, “fuera del Mundo no hay salvación”. Jon Sobrino nos recuerda, una vez más, que “fuera de los pobres no hay salvación”. Juan XXIII abogaba por “una Iglesia de los pobres, para que fuese la Iglesia de todos”. Lo cierto es que los pobres definen, con su vida prohibida y con su muerte “antes de tiempo”, la verdad o la mentira de una Sociedad, de una Iglesia. Dice nuestro Jon Sobrino: “Quien no sepa explícitamente de Dios, lo ha encontrado si ha amado al pobre”; y el Evangelio lo dice repetidamente en la palabra y en la vida de Jesús, en su pesebre y en su calvario, en las bienaventuranzas, en las parábolas, en el juicio final…

Hermanos, hermanas, gente querida y tan próxima en el mismo desvelo y en la misma esperanza, sigamos. Intentando “hacer la verdad en el amor”, como dice el Nuevo Testamento, en comunión fraterna y en la praxis liberadora. “Con los Pobres de la Tierra”. Siendo “vidas por el Reino de la Vida”, como pregonábamos en la Romería de los Mártires de la Caminada”.

Sea esta pequeña circular un grande abrazo de compromiso, de gratitud, de esperanza invencible, Reino adentro.

- Pedro Casaldáliga, Circular 2007

24 de marzo, Pascua de San Romero

viernes, marzo 23, 2007

Espíritu, Materia y Vida: eras de lo humano

Leonardo Boff
teólogo

Las síntesis históricas a menudo son arbitrarias. La nuestra también lo es. Pero responden a la exigencia que tenemos de marcos orientadores que nos ayuden a entendernos a nosotros mismos y a entender nuestra propia historia. Hagamos entonces una especie de lectura de ciego captando solamente los puntos relevantes. Veo tres grandes etapas, verdaderas eras, que marcan las relaciones del ser humano con la naturaleza.

La primera es la era del espíritu. Es la era que plasmó las culturas originarias y ancestrales. Los seres humanos se sentían movidos por fuerzas que actuaban en el cosmos y en ellos mismos, realidades numinosas y omnienglobantes que les proporcionaban protección y seguridad. Era la experiencia chamánica del espíritu que atravesaba todas las cosas, creaba una union mystique con todos los seres y hacía que el ser humano se sintiera perteneciente a un todo mayor. Grandes símbolos, ritos y mitos daban cuerpo a esa experiencia fontal. Fue entonces cuando se proyectaron imágenes de lo Divino. Esas imágenes, a la vez que seguían siendo imágenes, eran también centros energéticos de la vida y de la naturaleza con los cuales el ser humano debía confrontarse y escuchar sus llamadas. No dejaban de estar presentes también todos los demás avatares de la condición humana, pero era lo espiritual lo que daba sentido a todas las demás instancias. Esta era marcó nuestro inconsciente colectivo hasta los días actuales.

La segunda es la era de la materia. Los seres humanos descubrieron la fuerza física de la materia y de la naturaleza. Pasaron a no ver ya en ellas una imagen de lo Divino, sino un objeto para su uso. La agricultura del neolítico hace diez mil años revela la presencia de esta era. Los padres fundadores del método científico le dieron un marco teórico, diciendo que la naturaleza no tiene conciencia, por lo tanto podemos tratarla como queramos. Profundizaron, hasta llegar al mundo atómico y al subatómico, poder que el hombre puede utilizar para destruir y construir. Las fuerzas espirituales y psíquicas de la era anterior fueron consideradas magia y superstición, y como tales fueron combatidas. La concentración en esta experiencia introdujo la profanidad. Dios es pensado sin el mundo, lo cual hizo surgir un mundo sin Dios. Mediante las energías arrancadas a la materia, se logró la dominación de la naturaleza y la explotación ilimitada de sus riquezas. Ya hemos sobrepasado los límites de tolerancia de la Tierra, y disponemos de medios para destruirnos totalmente. Pero también ha surgido un nuevo sentido de la responsabilidad y la exigencia de una ética del cuidado.

Estamos entrando ahora en la era de la vida. La vida une materia y espíritu. Representa una posibilidad de la materia cuando se distancia del equilibrio en un contexto de alta complejidad. Entonces irrumpe la vida. Para hacer eclosión, la vida requiere una urdimbre de interdependencias de lo físico con lo químico, de la biosfera con la hidrosfera, con la atmósfera y con la geosfera. Todo está ligado a la vida, sea como condición previa sea como ambiente. Por lo tanto, ella ocupa el lugar central. En el conjunto de los seres, el ser humano tiene la misión de ser el jardinero y el cuidador de la vida. A él le corresponde proteger la vida de Gaia, conservar la biodiversidad y garantizar el futuro para él mismo y para todos. Es el desafío en el actual momento de calentamiento planetario.

La era de la vida está amenazada. Es urgente mantener las condiciones de su continuidad y coevolución. La vida, y no el crecimiento, debería ser el gran proyecto planetario y nacional. No percibir este desplazamiento es autoengañarse. Oportunamente nos convoca la sabiduría bíblica: «te propongo la vida o la muerte. Escoge la vida, para que tú y tu descendencia puedan vivir» (Dt 30,19).

miércoles, marzo 14, 2007

Educación y neocolonialismo

Frei Betto
religioso dominico

(Conferencia pronunciada en el Congreso Internacional de Educadores "Pedagogía 2007", en La Habana, Cuba del 29 de enero al 2 de febrero)

Yo quería prevenirlos de un detalle: cuando hablo en público en general ya se han hecho muchas encuestas. El 80% de la gente está en desacuerdo con mis palabras, lo que considero muy bueno porque es una prueba de que la gente tiene espíritu critico. 15% está de acuerdo con algunas cosas y en desacuerdo con otras: muy buena señal también de que la gente se esta volviendo cartesiana. Y 5% esta plenamente de acuerdo: ¡es señal de que no ha entendido nada!

Voy a abordar el tema del neoliberalismo y educación, no desde el punto de vista económico. Aquellos que tienen interés de tratar lo económico pueden quedarse unos días más en La Habana, porque dentro de poco va a empezar aquí el Congreso de los Economistas.

Voy a tratar el tema desde el punto de vista pedagógico, filosófico, epistemológico y no digo otras palabras para no complicar. Nosotros que estamos viviendo a inicios del siglo XXI, un momento especial de la historia de los últimos 500 años. Tenemos ahora un cambio de época. Nuestros abuelos han vivido épocas de cambios, es distinto. La última vez que la humanidad ha pasado por un cambio de época ha sido la transición de la edad media a la modernidad, de un paradigma teocéntrico a un paradigma antropocéntrico. Esto está muy bien reflejado en la pintura de Miguel Ángel en el techo de la Capilla Sixtina que todos conocemos al menos por fotos, donde aparece la figura de Jahvé, con mucha ropa y barba larga y extendiendo la mano hacia el hombre desnudo, magnéticamente atraído hacia la tierra. Pero hay algo en este hombre que no quiere perder contacto con la fuente: él también extiende el dedo a Jahvé. Miguel Ángel magistralmente ha dado un cierre a esta época. Nosotros todos estamos aquí con mucho descontrol, en crisis de valores, de paradigmas, de todo. Es porque somos contemporáneos de un segundo cambio de época. Estamos pasando de la modernidad a la posmodernidad.

Esto tiene un reflejo muy fuerte en las 4 instituciones que son las patas de una silla de la modernidad: la familia, el Estado, la iglesia o religiones y la escuela. Las 4 se encuentran en crisis. Es por eso que hemos venido tanta gente a este evento que está en búsqueda de respuestas a preguntas que nos angustian, que nos preocupan. Pero nadie tiene la respuesta: colectivamente vamos en busca de la respuesta. Esta es una construcción histórica. Pero grave es que las 4 instituciones (en la institución Estado hay que incluir los partidos políticos, las ideologías) las 4 son instituciones productoras de sentido, y la crisis más característica de la posmodernidad es justamente la destrucción del sentido. La fragmentación de la visión de la vida, del mundo y de la existencia.

Sobre todo en esta era imagética. Si hay un problema grave en nuestras escuelas, es que nuestras escuelas son todas hijas de una época de literatura, que todavía tiene dificultad de ingresar en esta época en que el predominio es de la palabra visualizada: la imagen.

Vivimos una era imagética: ocurre que un libro tiene inicio, desarrollo y final. Las imágenes no. Uno puede mirar a una persona famosa viva en video, en DVD o en un programa de televisión, después de haber visto la muerte de esta persona. Entonces esta posmodernidad provoca la explosión del sentido de la vida y el sentido del tiempo como historia, volviendo cada vez más difíciles uno de los objetivos fundamentales de todo proceso pedagógico: la construcción de síntesis cognitivas.

La mayoría aquí son mujeres. Entre otros factores, tengo identificación con las mujeres. A mí me gusta mucho la cocina, porque soy hijo de una cocinera profesional. Yo, haciendo una metáfora diría que tenemos la receta, tenemos los ingredientes, pero no sabemos cómo llegar a un pastel, ni a un pan.

Vivimos un momento en que hay una nueva filosofía que produce este fenómeno que se llama neoliberalismo. Si no entendemos la influencia del neoliberalismo como factor de deseducación de la humanidad, tenemos el riesgo de seguir creyendo en el mito de la neutralidad de la educación. La inmaculada concepción de la neutralidad científica. Esto es una tontería completa. Prefiero creer en la Inmaculada Concepción de María que en la inmaculada concepción de la neutralidad científica.

¿Qué pasa? Pasamos en las últimas décadas del sistema capitalista al liberalismo y de allí al neoliberalismo. Nuevo… nueva manera, nueva forma de imposición del liberalismo. Son las características vistas en grandes rasgos de este pasaje. En el liberalismo teníamos un estado de bienestar social, ahora no: tenemos un Estado privatizador del patrimonio público y gerente cada vez más de los intereses de la clase dominante. Árbitro jurídico adjunto de la Organización Mundial del Comercio.

Está discutido en este momento si la educación históricamente es un derecho social, por tanto el Estado tiene el deber de garantizar a toda la población -como hace el Estado cubano- la alimentación, salud y educación. Ese es un deber del Estado, un derecho de todos los ciudadanos y ciudadanas. Pero en los países capitalistas no pasa esto. Ahora la OMC propone que la educación sea una mercancía, como la salud. En mi país, Brasil, está perdido quien no tiene un plan privado de salud, o sea, si tú pagas por tu salud, vas a tener salud. Es como comprar un chocolate en una tienda: si puedes pagar, tienes el chocolate, sino puedes pagar, no lo vas a tener.

Y ahora quieren hacer eso con la educación.

Una segunda característica: en el liberalismo tenemos la competencia de las corporaciones, de las empresas. En el liberalismo tenemos los oligopolios, cada vez más, al punto de haber corporaciones que son dueños de distintos productos con distintos nombres pero que pertenecen a una sola empresa para que el ingenuo consumidor tenga la impresión de que son productos distintos, que son productos que tienen competencia entre ellos.

Una tercera característica en el liberalismo: nosotros cuando hablamos de los pobres, de los miserables, decíamos: son gente marginalizada. Cuando uno está en el margen es porque tiene esperanza de volver al centro. Ahora no, la palabra es otra, en el neoliberalismo la palabra es: exclusión. Los excluidos. Ya no se utiliza más “los marginados”. Porque el excluido no tiene más ninguna posibilidad de volver al centro

Cuarto factor: en el liberalismo se habla de cultura. El neoliberalismo descubrió que la cultura es peligrosa para el sistema. Una persona que tiene cultura tiene más discernimiento, tiene más cultura crítica, tiene más posibilidad de comparación, de evaluación. Entonces ahora tenemos más entretenimiento y menos cultura

A esto hay que estar muy atento porque eso tiene un reflejo profundo en la educación. Porque es una lucha desigual: mientras nuestra escuela quiere infundir cultura en la gente, la TV capitalista quiere infundir entretenimiento. ¿Y cuál es la diferencia? Cultura es todo aquello que ayuda a hacer crecer nuestra conciencia y nuestro espíritu: nuestra subjetividad. Nos hace más humanos. Entretenimiento toca solamente nuestros sentidos.¡Cómo ellos han descubierto que el entretenimiento tiene el poder de hipnotizar! La cultura no, porque la cultura produce crítica.

Un paréntesis: cuando la TV fue presentada por primera vez en los Estados Unidos en 1939, el New York Times hizo un editorial afirmando lo siguiente: “este aparato está llamado al fracaso, porque nosotros los americanos (o USAmericanos como dice Noam Chomsky, o estadounidenses, porque americanos somos todos) somos muy agitados y estamos muy acostumbrados a la radio, que se puede utilizar manejando coche, bañándose, cocinando: en cualquier parte. Ahora, pensar que la gente va a abandonar sus labores, sentarse en una silla y estar allí mirando esta ventana electrónica, es una tontería”. 1939.

Hoy la UNESCO constata que en América Latina por promedio los muchachos pasan 4 horas al día en la escuela y 8 horas delante del televisor. O sea: ellos han vencido. Lograron crear los mecanismos de hipnotización a través del entretenimiento.

¿Cuál es el problema fundamental de esta filosofía neoliberal relacionado con la educación? Es la frase de este teórico de la Casablanca llamado Francis Fukuyama. Él ha dicho: “la historia ha terminado”. Un creyente no puede aceptar eso porque es la negación de la virtud de la esperanza. Pero él ha dicho: la historia ha terminado. ¿Y porqué ha dicho esto? Por una razón muy sencilla: porque la propuesta del neoliberalismo es provocado en nuestras conciencias. La deshistorización del tiempo, porque quien no tiene la percepción del tiempo como historia no tiene esperanza, no tiene proyecto, no tiene estrategia, no tiene utopía, no tiene ninguna motivación para luchar. Porque la vida para ellos es aquí y ahora.

En los tiempos pasados nuestros abuelos, nuestros padres, tenían sentido del tiempo como historia. Y hacían proyectos de familia, de profesión, de política. Esa es una herencia que nos han legado desde los persas a través de la Biblia. La idea del tiempo es historia y está muy presente en el pensamiento judaico de Marx. Es una idea que viene de los persas. Está presente en la Biblia de una manera muy curiosa. Porque está presente en la Biblia en el surgimiento del ser humano. La creación, en la primera página del Génesis se da en 6 días, no en 7 porque al séptimo Dios ha tomado vacaciones, estaba un poco cansado y ya había terminado su obra. Entonces esta progresión semanal ya indica una conciencia histórica. Por eso es que para los griegos, que no tenían la percepción del tiempo como historia, para ellos era cíclico… es una tontería esta idea de los hebreos. Incluso decían: “este Jahvé, Dios de los hebreos, no tiene ningún valor porque si fuese un verdadero Dios omnipotente no necesitaría de 6 días de trabajo: haría como el Nescafé instantáneo, un verdadero Dios lo hace instantáneo”.

En la narrativa de la descripción hay un sentido histórico. Si la educación no tiene su sentido histórico no aplica el sentido de historicidad. Vamos todos a ser rehenes de la racionalidad sistémica del capitalismo, del neoliberalismo. La única manera de irrumpir de esta prisión del inconciente llamada “racionalidad sistémica del neoliberalismo” es despertar en la gente el sentido de historicidad, para que la gente pueda evaluar el pasado, tenga el sentido crítico del presente y saber construir un nuevo futuro, otro mundo posible, porque la TV, el Internet son en sí herramientas fantásticas pero sus contenidos son hegemónicamente neoliberales. Lo que significa que crea en nuestras conciencias, sobre todo en las nuevas generaciones, esta idea de fragmentación del tiempo, de que no hay cómo construir proyectos, no hay, como un grupo de estudiantes de la Universidad de La Habana, cómo hacer un proyecto para derribar la dictadura de Batista y construir una nación liberada y socialista. O sea: cómo crear proyectos históricos en el siglo XXI si el neoliberalismo ha creado herramientas para suspender nuestra conciencia histórica.

Mas la educación, en una encuesta hecha por la UNESCO en América Latina junto a grandes empresarios, ha constatado que en ellos no hay interés que la población toda sea escolarizada, porque no son tontos. Saben que cuanto mayor nivel de escolarización, más crítica será la gente frente al sistema. Y más exigencias salariales la gente tendrá, porque habrá capacitación. Y la explotación de la mano de obra del hombre en América Latina está muy vinculada a la falta de capacitación de mucha gente. Entonces por eso se puede hacer un juego de salarios, y con el fenómeno de la desocupación cada vez se puede pagar menos por más trabajo.

Otro factor del neoliberalismo es que ha mercantilizado toda la sociedad. Ha mercantilizado también la educación. Muchas escuelas en América Latina, en Brasil sobre todo que conozco muy bien, son centros de capacitación de mano de obra, no son centros de formación humana. No son centros como ha dicho Fidel, con la intención de infundir valores humanos, valores éticos. No son centros políticos. La escuela tiene que ser un centro Político con P mayúscula, grande. De formación de ciudadanos y ciudadanas, de formación de gente feliz, de gente que sea creativa, interactiva, solidaria. La propuesta neoliberal es que la escuela sea cada vez más selectiva, cada vez más técnico-científica y menos humanista: hay que enseñar filosofía, sociología… Los neoliberales han dicho: “no, no hay más ideologías”. Claro: hay una tremenda ideología terrorista de Bush que ellos quieren que todos asimilemos, pero la predicación de ellos es que ya no hay ideologías, para que unos tontos piensen que si no hay ideologías entonces mi manera de pensar es propia de mí: no es propia de ti, es propia de la racionalidad sistémica que nos viene por la televisión, por Internet, por los videos, por las costumbres, por la manera, inclusive, de usar ciertas palabras sin percibir sus contenidos, como la palabra denigrar, que se refiere a una persona negra. O la palabra judear, con referencia a los judíos.

La escuela se dedica solamente a la cabeza de los alumnos, lo demás no cuenta. Debía pasar un bus recogiendo las cabezas. Yo imagino un dibujo animado con la cabeza saliendo de la casa, por las escaleras, y entrar en el bus para ir a la escuela. El tronco, brazos y piernas quedan en la casa. Porque las escuelas no saben qué hacer con el cuerpo humano. Sí, porque son cartesianos, que todo está del cuello para arriba. Entonces la corporalidad es el primer paso por una educación contextualizada.

Felizmente en los últimos años cada vez se percibe más que no basta la racionalidad: la racionalidad se completa con la intuición: la fuente de los artistas. El matrimonio de la intuición con la racionalidad es lo que produce eso que llamamos Inteligencia. Hay personas que no tienen racionalidad pero son sumamente inteligentes, porque la palabra inteligencia viene del latín inter – legere: saber leer por dentro. Que todos nosotros conocemos personas que son extensamente analfabetos y son sumamente inteligentes, tienen una capacidad profunda para las situaciones y las personas. La educación debería saber despertar eso.

3 puntos: primero la educación estética. El neoliberalismo tiene un miedo tremendo de los dones artísticos de las nuevas generaciones, por eso esta llamada globalización del entretenimiento. Y están ahí en la selva de Amazonia, en la montaña de Colombia, en los barrios de Lima, en la periferia de Managua las mismas músicas de Estados Unidos, que de música tienen muy poco porque son más ruidos disconexos que se ponen de moda como una manera de destrucción de nuestras culturas locales.

Por eso yo digo: unidad de los educadores, diversidad de la educación. Porque la educación en Sao Paulo no puede ser la misma que en la selva amazónica. La educación de quien vive en la capital no puede ser la misma que de quien vive en una montaña. La educación tiene que ser contextualizada. Y esta contextualización significa una relación entre la escuela y la comunidad. Por eso es mucho mejor enseñar historia no por los libros, sino por la memoria de los viejos de la comunidad. Es mucho mejor enseñar química no en un laboratorio sino por la manera como las mujeres de la comunidad mezclan los colores para hacer sus tejidos. Como es mejor enseñar la historia no por las batallas grandiosas en que un país ha vencido a otro sino por la cooperación.

Mi sueño es que un día todos los estudiantes de América Latina tengan en su aula de historia un ejemplo de la cooperación cubana con todos los países pobres. Este país que tiene maestros en 65 países del mundo, y también médicos y gente que tratan de salud y otros que hacen otros trabajos.

El segundo aspecto es la educación sexual. Está en moda por fuerza del SIDA introducir en la escuela la educación sexual. Y yo voy a visitar la escuela y pregunto ¿cómo es eso? “Bueno, hacemos así, esas nociones que yo llevo”. Eso no es educación sexual. Es higiene corporal para evitar enfermedades sexualmente transmitibles. O sea, hay un tabú que impide que la escuela trate un asunto que nos involucra a todos nosotros, que es la sexualidad. Pero hay una cosa peor: es que cuando la gente trata sobre sexualidad, no trata de afectividad. No hay educación para el amor. Lo que significa que cada persona por ignorancia tiene que improvisar de nuevo su experiencia amorosa porque no tiene términos de comparación, no tiene nociones, entonces toma como lección las películas de Hollywood, donde se enseña que la realidad son las fantasías de Hollywood, y mucha gente está frustrada porque no encontró su príncipe en un caballo blanco.

Es increíble cómo el sistema capitalista infunde en nosotros ilusiones totalmente superfluas pero que las tomamos como realidad y nos provocan frustraciones graves. Ideológicamente pasamos a dar importancia a algo que no tiene ninguna importancia, por ignorancia.

El tercer punto de esta contextualización es la educación ambiental. O sea, nosotros no somos como este aparato que fue traído aquí por encima de esta bancada. Al contrario, nosotros somos resultado de la evolución de la naturaleza. Nosotros somos parte integrante de la naturaleza. Nosotros somos hechos de la misma materia química que hizo a las estrellas, las galaxias, todo el reino mineral, vegetal y animal. Todos somos hijos de las estrellas, todos los átomos de nuestros organismos han sido formados en el calor de las estrellas.

Entonces hay que terminar, en la educación, con esta idea de que estamos por encima de la naturaleza, no: somos expresión de la naturaleza. Estamos en comunión con la naturaleza. Voy a decir una cosa muy bella, pero muy fuerte: vivimos cotidianamente dando un beso en la boca de la naturaleza, y voy a explicar porqué. Porque todos nosotros acabamos de salir de la mesa de almuerzo y había un vegetal que murió para llegar en forma de ensalada y darnos vida. Había una animal que murió para llegar en forma de pollo, carne de res, pescado y nos da vida. Había un grano que murió para llegar en forma de arroz, de frijoles y nos da vida. Y más.

Vivimos de respirar un gas llamado oxígeno que viene de las plantas, pero expiramos gas carbónico con que alimentamos a las plantas. Si esto no es un beso en la boca… yo sé que escandaliza un poco dicho por un fraile, pero así es. No tengo culpa que el creador sea romántico.

Debo decir otra cosa importante: cada vez más tenemos que introducir en nuestras escuelas métodos para formar en la gente conciencia crítica, para formar adultos dueños de su autonomía, pero con profundo sentido de solidaridad. No es fácil ser solidarios, no es fácil porque nosotros nacemos capitalistas, por eso el sistema capitalista tiene tanta fuerza. Porque nacemos centrados en nosotros mismos, y como el centro del capitalismo es el egoísmo, o sea “mis intereses están por encima de los intereses del pueblo de la comunidad”, entonces es el ejercicio de cultivar el altruismo, la solidaridad, el amor. Demanda tiempo, conciencia, educación. A veces en Brasil me pregunto: “porqué hay gente que sale de Cuba y va a vivir a los estados Unidos?” Yo digo:”Bueno, por la misma razón que muchos curas y monjes salen de nuestros monasterios”. Porque vivir en una sociedad socialista significa tener altruismo y amor. En él muchas personas están pensando en nosotros, en vez de pensar en “yo”. Ahora, esta producción del sentido de la solidaridad viene de la práctica de la solidaridad. Por eso es muy importante que la escuela tenga vínculos permanentes con el trabajo comunitario, sobre todo con movimientos populares.

Y aquí entro a un punto de mi conferencia que considero quizás lo más importante. Vivimos en este momento una primavera democrática en América Latina… muy bueno, pero hay que estar atentos. Una vez Fidel me dijo que al inicio de la revolución mucha gente pensaba que se había llegado a lo máximo. Conquistamos el poder, eliminamos la dictadura. Y él constató que la gente en Cuba miraba la revolución como una gran vaca que tenía una teta para cada boca, y cada uno esperaba por su teta. En nuestros países que están conquistando una democracia popular podemos cometer el grave error de pensar que este poder es una gran vaca que va a producir mucha leche para el pueblo. Si no tratamos de hacer un trabajo de educación popular para reforzar la organización del pueblo en movimientos populares, o sea: sí hay un peligro tremendo en que la gobernabilidad de unos modelos progresistas dependan del parlamento… no, tiene que depender del parlamento pero mucho más de los movimientos populares, de la sociedad civil organizada, de la conciencia y actitud crítica de la gente. Y para eso hay que tener métodos de educación popular. Para movilizar gente, para hacer que la gente tenga autoestima y lucha por conquistas, por la construcción de más democracia hasta que la democracia se transforme en la plena democracia que llamamos el socialismo. Es el desafío que se nos presenta. Pero eso significa trabajo de base. En cuántos países de América Latina nosotros hemos hecho trabajo de base con los campesinos, con los indígenas, con comunidades negras, con la gente pobre, miserable y después que llegamos a una parcela de poder ya abandonamos el trabajo de base. Y el sistema trató de distanciar este poder del pueblo y algunos países lograron retrasar años de lucha.

Porque ese trabajo de base, ese trabajo de organización popular tiene que ser permanente, y hoy tenemos que saber utilizar las nuevas tecnologías como la televisión, como el cine, como Internet. Aquí quiero hacer un paréntesis importante: hay mucha gente que piensa que en Cuba el Estado controla el uso de Internet. Es una de las mentiras bien contadas por el sistema. Ustedes no tienen idea de que las limitaciones de acceso a Internet en Cuba se dan por fuerza de los Estados Unidos. Hasta 1996 los Estados Unidos crearon toda clase de dificultades para que internet sea utilizada hasta que a partir de ese año hicieron algunas concesiones pensando que Internet era “democrática” e iba a “democratizar” a Cuba desde el punto de vista de la Casa Blanca, pero Cuba es el único país del Caribe que hasta hoy no tiene acceso al cable. Si miras el mapa del cable electrónico que va desde los Estados Unidos y pasa por toda América Central, el Caribe y vuelve por Puerto Rico a los Estados Unidos, vemos que Cuba no tiene cable. Significa que este país todo acceso a Internet se da por satélite, es mucho más caro y mucho más lento. Segundo: hay un control. 80% de los servidores de Internet tiene su orígen en los Estados Unidos, que no permiten el uso de los cubanos. Tercero: algunos de ustedes intenten un día comprar un producto cubano por Internet… ni por milagro van a conseguir eso. Cuarto: cada vez más desde el 2001 la Casa Blanca tiene el control sobre los programas de Microsoft, eso denunciado hace poco por el gobierno de Francia. Microsoft puede entrar a su laptop personal y controlar toda su correspondencia, eso en nombre de la “seguridad nacional de Estados Unidos”. Se ha creado en las fuerzas armadas Usamericanas el Sistema de Ejército Cibernético para Control, porque Rumsfeld ha dicho que ahora el escenario del terrorismo es la Internet, entonces, abajo la ingenuidad de que la web es un espacio democrático, que todos tenemos acceso y no sé qué cosa más…

Cuba tiene tres millones seiscientos mil estudiantes. En todas las escuelas tiene laboratrorio de computación, tiene una televisión. Un detalle: hay 1.117 escuelas en Cuba que tienen un mínimo de 1 alumno y un máximo de 5. ahí tienen un laboratorio de computación, maestros e instructores. Son 186 escuelas que tienen un único alumno, y todo un equipo de maestros para atender a ese alumno. Eso es importante para llevar desde Cuba, porque no está dicho por un cubano, para llevar desde Cuba esta experiencia a nuestros países. O sea la utilización de estas nuevas tecnologías es fundamental para el progreso educativo crítico, para que logremos este sentido de infundir valores éticos, de hacer una educación crítica, de hacer una educación de preservación de identidad cultural para que la gente aprenda que no hay globalización, lo que hay es globocolonización.

La imposición en el planeta de un sistema de sociedad, de una ideología. Eso ees una amenaza a nuestra identidad cultural, y nuestra identidad cultural solamente puede ser preservada con autoestima a través de una educación crítica. Es el desafío de nosotros, transformar nuestras escuelas en centros de lucha contra el liberalismo. Hay que tener equipo de maestros que tengan afinidad con un programa pedagógico estratégico. No puedo entender cómo en una escuela hay distintas concepciones de la vida, d4e la realidad del mundo confundiendo la cabeza del estudiante.

Entonces cada vez más tenemos que pensar en la formación de los formadores para tener una afinidad ideológica. Tener un proyecto a largo plazo, pedagógico, saber qué queremos con esa generación, qué queremos construir, qué clase de sociedad queremos construir. Y si la tecnología de nuestras escuelas está acompañada sobre todo con la densidad cultural. Cada vez más la valoración de la diversidad cultural. Un indígena no tiene que ser “civilizado” como dice mucha gente. A mí me choca cuando usan la expresión “capitalismo salvaje”. Lamento que no hayan visitado una aldea indígena, porque los salvajes son gente de la selva, y más civilizados que nosotros. Entre ellos no hay crímenes, robos y otras cosas, entonces se puede hablar de capitalismo bárbaro, no salvaje, porque hay un prejuicio.

En fin, nosotros tenemos que trabajar la educación como herramienta de formación política en el sentido amplio de la palabra, de formación a la solidaridad social, de preservación y rescate de toda la riqueza ambiental y ecológica y de profundización espiritual. No estoy diciendo que la educación tiene que ser religiosa, eso es otra cosa, mas tiene que tratar, sí, la dimensión espiritual de los seres humanos. O sea, tiene que profundizar nuestra subjetividad, nuestra capacidad de donación, de altruismo, de amor, de compartir, o como ha dicho el Dr. Collins, el jefe del proyecto Genoma Humano quien es Usamericano: “ningún animal en la naturaleza, a excepción del ser humano, es capaz de tirarse a un río para salvar a un semejante como este muchacho de Nueva Cork que se tiró bajo el metro para salvar una persona. ¿Porqué? Porque había sido educado altruísticamente, en el espíritu de la solidaridad”.

Y termino con dos observaciones. Hay aquí compañeros y compañeras que son, dicho aquí, con impedimentos, discapacitados. En Brasil utilizamos otra palabra. Antiguamente se decía que los deficientes mentales eran locos, después deficientes físicos o mentales, después portadores de deficiencias físicas o mentales, después portadores de deficiencias físico-mental. Yo he presentado una campaña, invito a ustedes a entrar a esta campaña si les parece justo: no hay que poner la cuestión en los individuos, todos ellos deben ser llamados personas portadoras de derechos especiales, porque así sacamos el problema del individuo y ponemos el lugar cierto en la sociedad, en la política.

Todos nosotros somos portadores de derechos universales, y ellos son portadores de derechos universales mas derechos especiales. Porque un discapacitado en una comunidad de discapacitados es una persona totalmente normal. A mí no me gustó mucho cuando un día me llegó un ave y me llamó discapacitado porque tengo brazos y no sé volar. Entonces no tenemos que individualizar el tema: son personas normales con sus características singulares como todos nosotros. Todos tenemos nuestras limitaciones.

Ahora con esta segunda termino de verdad, que he hablado más y no quiero competir con Chávez ni Fidel… La educación tiene que formar hombres y mujeres, estoy convencido, con respeto a mi amiga Aleida Guevara, que hombres y mujeres sean hijos del matrimonio del Ché Guevara con la Madre Teresa de Calcuta.

viernes, marzo 02, 2007

Pensar críticamente

Rigoberto Lanz

Sociólogo venezolano

“Verdad científica, en la práctica, es lo

que hoy afirman algunos científicos sin

provocar gran escándalo entre sus colegas”.

Oscar Varsavsky: Hacia una política científica nacional

Poder actuar en la vida bajo la onda de un talante crítico vale oro. Contar con la voluntad personal para asumir críticamente todo cuanto acontece en la vida pública y privada es una fortuna. Por eso mismo, estar desprovistos de estas valiosísimas condiciones del espíritu es una desgracia. El pensamiento que resuena está siempre acompañado por la capacidad crítica para tomar distancia de lo establecido. El arte que retumba en nuestra sensibilidad ha sido creado con toda seguridad bajo el influjo de un torrente crítico (que desafía el canon y contesta las convenciones del poder) La calidad intelectual de una corriente de pensamiento—en el terreno que sea—está siempre asociada a la voluntad ética de colocarse críticamente frente al status quo. Los grandes pensadores que circulan en nuestras referencias han sido principalmente impugnadores de su tiempo.

Lo anterior viene a cuento a propósito del debate sobre la ciencia y sus implicaciones ético-políticas. Discusión que involucra de inmediato el agudo problema del compromiso del intelectual, las complejas relaciones entre el conocimiento y el poder, la actividad de investigación y la militancia política, los límites entre la teoría y la práctica, las elecciones morales y las elecciones epistemológicas, los gustos estéticos y los gustos ideológicos.

Si uno rastrea un poco en la historia cómo se ha escenificado este problema notará que existen tres modalidades típicas: la primera, caracterizada por la explícita asunción de un autor de su compromiso científico y político (allí no hay nada que interpretar puesto que el autor ha dejado clara su pertenencia a un determinado constructo ideológico); la segunda es aquella situación en la que el autor hace lo imposible por disimular sus inclinaciones políticas e ideológicas (allí la labor es ardua puesto que es preciso aplicar métodos de denuncia y puesta en evidencia de los ocultamientos y simulacros); la tercera modalidad es tal vez la más frecuente y extendida; consiste en una candidez epistemológica muy conmovedora donde el investigador o el artista de verdad no tienen idea de los presupuestos de su quehacer (aquí no queda otro remedio que compadecer el drama de esta ingenuidad y contribuir a que ocurra alguna sacudida existencial)

En la vida real estas fronteras son muy borrosas propendiéndose a una mezcla muy variada de estos elementos en atención a los contextos institucionales y a los rasgos propios de cada coyuntura. En todo caso, el síndrome del ocultamiento de los intereses y las afinidades ideológico-políticas es un antiguo dispositivo de los que se ha valido el cientificismo y sus mandarines para escamotear la discusión de fondo sobre las implicaciones políticas de la ciencia (que por cierto no son sólo el “uso” sino los fundamentos mismos de esa racionalidad científico-técnica)

La voluntad crítica del pensamiento y la sensibilidad es la más valiosa herramienta que heredamos de la Modernidad. Sin ella el trabajo intelectual deviene acoplamiento burocrático a los dictámenes del poder. Sin voluntad crítica el pensamiento es pura ingeniería al servicio de los aparatos imperantes. La dimensión crítica del pensamiento es una condición constitutiva de su fuerza revolucionaria. Es muy raro que una postura acrítica tenga algún efecto emancipatorio. La acriticidad representa la clausura de la creatividad, de la pulsión subversiva de un pensar libre. Entre más comprometida es una posición teórica más crítica ha de ser su capacidad para impugnar lo establecido (cualquiera sea el tenor de lo establecido)

En el terreno político la función crítica del pensar se vuelve especialmente decisiva: porque protege contra la funcionalización burocrática, porque vacuna contra el seguidismo y la subordinación, porque refuerza la autonomía creativa que es consustancial a un pensamiento revolucionario. Los aparatos políticos son pocos proclives a cualquier forma de crítica (más allá de la retórica de la “ato-crítica” y otros tipos de flagelación a los militantes) Los aparatos de Estado son igualmente reacios a estas veleidades intelectuales. Así que entre aparatos difícilmente encontraremos el ambiente apropiado para el cultivo de un pensamiento crítico. Es justamente contra ellos como se abre camino una experiencia emancipatoria que irrumpe al mismo tiempo contra las miserias del poder en la vida ordinaria de la gente y contra todos los modos de dominación en la vida del intelecto. Una y otra cosa siempre andan juntas. Las batallas cotidianas frente a las diversas hegemonías corren parejas con las luchas permanentes por una reflexividad libertaria. La pulsión voluntaria no basta para lograrlo pero es de seguro una poderosa palanca para movilizar el espíritu, para estremecer la sensibilidad, para provocar todas las audacias de un talento verdaderamente subversivo.

La voluntad crítica no se inyecta como los antibióticos pero bueno sería que muchos entusiastas militantes del tareismo, de la práctica y de lo concreto recibiesen una dosis temprana para librarlos del infierno del servilismo.

jueves, marzo 01, 2007

¿Usted es rico?

Frei Betto

Religioso dominico

A casi todo el mundo le gustaría ser rico. Ese sueño alimenta loterías, bingos y ciertas iglesias que, a cambio de los menguados recursos de los fieles, prometen prosperidad en la tierra y una confortable eternidad en el cielo. El problema está en que ser rico es, para muchos, una cuestión de suerte, igual que el nacer en una familia de buena posición o que ganar a los dados; para otros es una cuestión de oportunidad, como los corruptos; para unos pocos es fruto de la inteligencia y del trabajo, como el caso de Bill Gates, que abandonó la universidad para entretenerse con la informática en el garaje de su casa y vio rechazada su solicitud de una tarjeta de crédito de la American Express por falta de ingresos suficientes.

Se calcula que la fortuna de la especie humana, sumados ingresos y patrimonios, alcanza hoy unos US$ 133 mil billones. Más de la mitad está en manos de apenas un 2% de la población mundial, o sea de 13 millones de personas, que es como la población de São Paulo. En el otro extremo está la mitad de las personas más pobres, que suman unos 4,000 millones y disponen sólo del 1% de la riqueza del mundo, o sea el equivalente a US$ 133.5 mil millones.

Estos datos son del Instituto Mundial de Investigación Económica del Desarrollo, vinculado a la universidad de la ONU, que funciona en Finlandia.

Si usted tiene un patrimonio superior a US$ 60,000, sepa que forma parte del selecto club del 10% de los más ricos del mundo. Lo cual le permite tratar como colega a Bill Gates, aunque el patrimonio de éste sea el equivalente a todo lo que el Brasil tiene de reserva cambiaria: US$ 80 mil millones. Gates, sin embargo, integra también otro club, exclusivísimo: el que reúne al 1% de adultos (37 millones de personas) con un patrimonio superior a los US$ 500 mil.

Si su patrimonio es de US$ 2,300 considérese feliz, pues usted forma parte de la mitad superior de la escala mundial de la riqueza. La riqueza mundial está concentrada de tal modo en tan pocas manos que, si fuese distribuida equitativamente, a cada habitante del planeta le tocarían US$ 20,500.

Casi el 90% de la fortuna mundial pertenece a los habitantes de los Estados Unidos de América, de Canadá, de Europa, de Japón y de Australia. A pesar de que los Estados Unidos y Canadá tienen apenas el 6% de la población adulta del mundo, les corresponde el 34% del patrimonio familiar total. Casi un tercio de la riqueza del 10% de los más ricos del mundo se concentra en los Estados Unidos. No es por nada que tantos miran a aquel país al igual que las caravanas del desierto divisan un oasis en cada duna de arena…

¿Y el Brasil? Posee apenas el 1.3% de la riqueza mundial, aunque tenga el 2.8% de la población de la tierra. Aquí el 10% de los más ricos tiene un patrimonio equivalente al 1.5% del patrimonio del 10% de los más ricos del mundo. Si se hace la comparación con el 10% de los más pobres del mundo, nuestro país se queda con el 1.9% del patrimonio.

La China no figura entre los más ricos porque el patrimonio medio de su población es modesto y la distribución de los ingresos es equilibrada, según los patrones internacionales. Cuando un país se enriquece se modifica la manera en que su población mantiene su patrimonio. En las naciones emergentes, como el nuestro, los ricos prefieren tenerlo en forma de inmuebles, tierras y terrenos (¡viva el latifundio!). En los de renta media predominan el ahorro y las inversiones financieras. En los más ricos, como los Estados Unidos y el Reino Unido, las fortunas se multiplican a través de acciones e inversiones financieras sofisticadas, el dinero se mantiene en paraísos fiscales o se invierte en los países pobres, ansiosos por atraer capital extranjero. A pesar de todo, una buena noticia para los más pobres: su población está menos endeudada, no por la precaución de las personas, sino porque las instituciones financieras no acostumbran a dar créditos a quienes no tienen ni ingresos ni patrimonio.

La investigación de la ONU demuestra que estamos lejos de la justicia global. El egoísmo (yo primero, después yo y a continuación los demás) encontró en el capitalismo su cultura fértil y expansiva. Lo que es un mal pasó a ser un derecho: el de acumular riqueza en detrimento del bienestar ajeno.

¿Hasta cuándo soportarán los pobres semejante injusticia? En América Latina ya se comienza a esbozar la respuesta: con un 40% de su población condenada a la pobreza y a la miseria, los electores manifestaron este año que prefieren presidentes electoralmente comprometidos con los cambios sociales. Queda por saber si administrativamente responderán a las expectativas o preferirán romper el huevo de la serpiente.