miércoles, octubre 26, 2005

Decir que no

Leonardo Moledo
Página/12


Para Rosa Parks,
in memoriam


Esto ya fue contado muchas veces, pero tiene un tono de heroicidad cotidiana que le da carácter permanente. La repetición, al fin y al cabo, es el privilegio de la inmortalidad y es por eso que se trata de una historia que merece ser repetida una y otra vez.

Todo empezó el jueves 1º de diciembre de 1955, en Montgomery, Alabama, Estados Unidos.

Rosa Parks, una costurera negra, subió a un ómnibus de línea y se sentó en la quinta fila, la primera que los negros podían ocupar, junto a otros tres negros. Tres paradas después subieron algunos blancos, que ocuparon las cuatro filas de adelante, pero quedó uno parado. Cuando el conductor se dio cuenta de que había un blanco de pie, les dijo a los cuatro de la quinta fila que se movieran para el fondo y los otros tres se levantaron y se fueron, pero ella no. Cuando la vio todavía allí, le dijo que se levantara (los blancos y los negros no podían sentarse en la misma fila). Y ella dijo: “No”.

Entonces el conductor amenazó: “La voy a hacer arrestar”. Y detuvo el ómnibus.

Y ella contestó: “Hágalo”.

Y la arrestaron.

Era lo que los líderes de los derechos civiles estaban esperando. Esa misma noche organizaron un día de boicot a la compañía de ómnibus, que fue un éxito rotundo, y una asamblea decidió mantenerlo y formar un comité, al frente del cual pusieron a un joven pastor negro, un tal Martin Luther King.

Una semana más tarde, cuando la compañía vio que la cosa iba en serio, llamó a una reunión de conciliación; los dirigentes negros propusieron un plan de integración bastante moderado, pero la compañía no lo aceptó. El boicot siguió su curso.

En enero, la compañía hizo un intento de dividir a la comunidad negra y, como no le dio resultado, decidió pasar a la acción: el 30 de enero, se atacaron con bombas las casas de Martin Luther King y otros dirigentes como Jo Ann Robinson. El 21 de febrero, 89 negros fueron procesados sobre la base de una ley vieja que prohibía los boicots y se impusieron multas.

Lo que pasaba, en realidad, es que el boicot a la compañía de ómnibus empezaba a alterar toda la vida de la localidad. No solamente la compañía se perjudicaba, sino también los comerciantes del centro que sentían disminuir sus ventas, ya que la población negra se movilizaba mucho menos. Los comerciantes trataron de negociar con los líderes negros para que levantaran el boicot, pero no consiguieron nada.

Los líderes negros, por su parte, llevaron la cuestión ante los estrados judiciales federales. Pero ya no pedían una disminución de la segregación, como habían hecho durante las primeras rondas de negociación con la compañía, sino su abolición lisa y llana y tuvieron éxito, ya que la Corte Federal falló a favor de los negros.

Aunque parezca increíble, la ciudad apeló. Y así fue como, el 13 de noviembre de 1956, la Suprema Corte de Estados Unidos declaró inconstitucional la segregación en los ómnibus. El boicot había terminado con una victoria resonante y el 21 de diciembre, cuando el mandato de la Suprema Corte fue comunicado a Montgomery, volvieron a los ómnibus. Había durado un año y veinte días.

El año siguiente Parks se mudó a Michigan, donde desde 1965 trabajó para el legislador demócrata John Conyers, quien la calificó como “madre del movimiento de derechos cívicos”. En 1996, el entonces presidente estadounidense Bill Clinton le entregó la Medalla de la Libertad. El lunes pasado, Rosa Parks murió a los 92 años.

Y como la repetición es la única garantía de inmortalidad, esta historia deberá contarse una y otra vez, y Rosa Parks, una y otra vez seguirá negándose a moverse de su asiento, con la firmeza y el cansancio, el infinito cansancio de quienes son capaces de decir “no” ante la injusticia.

jueves, octubre 20, 2005

Chile: esclavas siglo XXI

Patricia Bravo
www.rel-uita.org


Sólo cuando las despidieron sin pagarles su sueldo y se fueron agotando los medios para conseguir que el empleador cumpliera este compromiso, las trabajadoras temporarias del packing Santa Ana Export, de Requínoa (VI Región - en el Sur de Chile), se atrevieron a contar la forma en que habían sido tratadas.

Trabajaban de 12 a 14 horas diarias, seleccionando ciruelas, de pie y encadenadas a la mesa de trabajo, para que no fueran al baño. Tal cual. Con dos cadenas, una circundando la cintura y otra, en las piernas.

“De Rancagua eran 50, 30 de Graneros y 20 de Requínoa. La mayoría mujeres y todas trabajaban en las mismas condiciones. Además, contaron que lo más terrible era un jefe acosador sexual con todas las mujeres, sin importarle la edad que tuvieran”, denuncia Juana Carvajal, dirigenta de la Federación Campesina Bernardo O’Higgins, de la ciudad de Rancagua. Habían llegado al packing en abril del año pasado y soportaron en silencio este trato humillante por no perder la posibilidad de un salario que nunca llegó. Sólo les dieron un anticipo. La mayor parte de ellas fue “enganchada” por contratistas y, como sucede en la mayoría de estos casos, nunca tuvieron contrato. Eso facilitó el despido sin pagarles un peso.

Juana Carvajal, recibió el testimonio de las temporeras cuando acudieron a la Federación para pedir asesoría ante la Inspección del Trabajo. “Hubo varios comparendos, pero el contratista jamás reconoció que hubo una relación laboral, menos el representante de la empresa (Leo Romeu). Entonces, el caso quedó botado, porque había que poner una demanda y no teníamos abogado ni plata. Recurrimos a las autoridades para ver si podían presionar a la empresa para que cancelara los sueldos. Fue ahí cuando ellas empezaron a contar cómo trabajaban. Mucha gente se espantó. Tuvimos una entrevista con el Seremi (secretario regional ministerial) del Trabajo, Rodrigo Vergara, y no lo podía creer”, relata la dirigenta. Sin embargo, cuando le pidieron ayuda para conseguir un abogado, éste las envió a la Corporación de Asistencia Judicial. “Hemos tenido pésimas experiencias en la Corporación, así que le dijimos al Seremi que si no se solucionaba luego el problema de estas trabajadoras, a la prensa”, recuerda Juana Carvajal. Pero como no pasó nada, dieron una entrevista al diario El Rancagüino en el mes de octubre.

El diario estaba preparando un reportaje sobre los temporeros y la supuesta mejoría de su situación, con los nuevos tratados de libre comercio. “Ahí quedó la escoba -dice la dirigenta sindical-. A mí me llamó Luis Sepúlveda, director regional del Trabajo, y me dijo que las dirigentas polémicas duran poco en sus cargos...‚ que no debería haber llevado a las mujeres a la prensa, porque eso no era real, que no podía ser que las temporeras hayan estado trabajando encadenadas. Le expliqué que simplemente dijimos lo que ellas mismas relataron. Han pasado cuatro intendentes y ninguno nos ha querido recibir como organización campesina. Tampoco el intendente actual, Carlos Bravo. Lo único que hizo la Dirección del Trabajo fue fiscalizar a la empresa Santa Ana. Y resulta que entre 2003 y 2004 le habían aplicado como diez multas, por lo cual ya deberían haberla cerrado. Había mucha gente a la que no le habían cancelado los sueldos, pero recién la clausuraron ahora, debido a esta denuncia. Lo lamentable es que esto salió a luz porque no se le habían pagado los sueldos a las trabajadoras, no por un tema de dignidad humana”.

Después de la denuncia en la prensa, a las ex temporeras de Santa Ana Export les llegaron anónimos con amenazas, que se supo provenían de los contratistas. “Ellas no quisieron seguir dando entrevistas, porque dijeron que se estaban arriesgando a tener más problemas, no les darían trabajo y tampoco conseguirían que les pagaran los sueldos adeudados”, añade Juana Carvajal.


Cajeras con pañales

La dirigenta de la Federación Campesina Bernardo O’Higgins relató este impactante caso en una acción-denuncia sobre las condiciones laborales de las temporeras que se realizó en la Plaza de Armas de Rancagua, el 14 de diciembre, con participación de diversas organizaciones de la zona, Santiago y Melipilla. En esta oportunidad, dirigentes de la Organización de Consumidores y Usuarios (Odecu) de la VI Región, dijeron que también han recibido denuncias que parecen provenientes de una historia de ciencia ficción. “Cajeras de supermercados dicen que las hacen trabajar con pañales... para que no pierdan tiempo en ir al baño-señaló Alejandro Pujá-. Pero no hay gente que se atreva a dar testimonio, porque tienen miedo de perder su trabajo”. (http://www.penelopes.org/Espagnol/xarticle.php3?id_article=484)

El trato indigno; la inexistencia de contratos laborales; los salarios cada vez más reducidos, debido a la mediación de contratistas que se quedan con la mitad del salario; jornadas extenuantes; falta de higiene, de baños y agua potable en los lugares de trabajo, y el riesgo de sufrir graves enfermedades debido al contacto o exposición obligada a plaguicidas durante la jornada laboral, fueron parte de las denuncias efectuadas por las dos organizaciones citadas y por dirigentes de la Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas en América Latina (RAP-AL), del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (Olca), el sindicato Martralipo, de Pomaire, y “Rodrigo ayuda”, organización de la comuna de Melipilla que agrupa a familiares de niños nacidos con malformaciones a causa de la exposición de sus padres a agrotóxicos mientras trabajan en faenas agrícolas. La acción-denuncia tuvo como eje una muestra de réplicas de fetos malformados del artista Juan Verdejo, expuesta al público en la plaza central de Rancagua.

Las mujeres y los niños son los que se llevan la peor parte. En la temporada de cosecha, que coincide con las vacaciones escolares, menores de hasta siete años trabajan junto a sus padres y otros familiares en las mismas condiciones que los adultos. Un estudio efectuado en la VI Región por la doctora Angélica Moreno y otras especialistas en salud constató que el setenta por ciento de los niños de entre 7 y 16 años de los colegios de Coínco se integran al trabajo de temporada durante el verano. “Nos hemos reunido muchas veces con las autoridades por el tema del trabajo infantil, que está penalizado por la ley, pero no se toman las medidas que corresponden -dice Juana Carvajal-. La verdadera solución es que les mejoren los sueldos a los papás para que los niños no tengan necesidad de trabajar para ayudar en sus casas o juntar plata para comprar sus útiles escolares”. Si todo esto ocurre sin que se oficialice la “flexibilización” laboral pretendida por los empresarios, sectores de la derecha y el gobierno de la Concertación, ¿qué sucederá después?

martes, octubre 18, 2005

Medios y Periodistas. La censura

Gabriel Fernández
Revista Questión Latinoamérica y
La Señal Medios



Es habitual, especialmente en algunos períodos en los cuales la acción mediática se intensifica sobre la sociedad, hallarnos con enérgicas denuncias por censura a colegas de los grandes medios de comunicación.

El caso más notable, ya que no el más reciente, ha sido el registrado en Página 12 --diario relacionado con el Grupo Clarín-- en relación a un artículo sobre el gobierno nacional elaborado por el recordado periodista Julio Nudler.

Otros ejemplos previos, y destacados, se produjeron en Canal 13, con Liliana López Foresi, en América TV, con un programa de investigación, y en no pocos espacios radiales donde resultaron levantados programas de actualidad política.

Hay muchos más: todos los días, las jefaturas de los medios deciden, según el lineamiento editorial de las respectivas empresas, evitar la cobertura de un hecho determinado, eliminar o deformar una opinión, ignorar plumas trascendentes.

Me decidí a escribir al respecto porque, tras varios debates con colegas y con público adentrado en la cuestión comunicacional, observé que resultaba necesario situar el eje de la cuestión, desmalezar idealismos y comprender algunas cosas que, una vez que se conocen "saltan a la vista".

Va una aclaración innecesaria, pero que seguramente me ahorrará algunas discusiones ásperas con amigos: los casos indicados constituyen, efectivamente, censura. No está mal denunciarlos. Pero sin las aclaraciones pertinentes --y ahí voy-- contribuyen al desconocimiento de lo que en verdad sucede en una redacción, en un canal, en una emisora.


Ser periodista

Cuando llega el 7 de junio, las bandejas de entrada, los domicilios y los lugares de labor de quienes desarrollamos esta actividad, se llenan de entrañables saludos que corresponde agradecer.

Sin embargo, esas congratulaciones suelen indicar conceptos más o menos vinculados a la siguiente idea: "para usted, compañero, que es un verdadero periodista, no como aquellos que dicen serlo y escriben contra el pueblo". Ese es el concepto, palabras más, palabras menos.

Años atrás, conversando al respecto con Tito Paoletti, me decía: hay que terminar con esta ilusión; Neustadt y Grondona son periodistas, trabajan en una radio, en un canal, en una revista, ejercen el oficio profesionalmente, son periodistas. Que tergiversen la realidad debido a sus intereses es otro asunto, ahí es donde hay que dar batalla.

Vamos más allá. Los ingenieros son ingenieros trátese de profesionales buenos o malos, negligentes o aplicados; los abogados son abogados aunque resulten honrados, corruptos, millonarios o desempleados. Los albañiles son albañiles aunque las paredes que elaboran resulten sólidas o caigan ante la primer ventisca.

Decir que alguien que ejerce esta profesión "no es un verdadero periodista" porque secciona o tergiversa la realidad, porque ningunea hechos y personas de importancia, o porque opina de un modo diferente al nuestro, implica la utilización de la palabra periodista como un adjetivo atravesado por virtudes como la veracidad, la sinceridad, la objetividad.

A la inversa, como ocurre en no pocos medios grandes, especialmente televisivos, indicar que quien ejerce esta profesión desde una tribuna de alcance reducido "no es un verdadero periodista" porque el gran público desconoce su rostro, implica el empleo de la palabra como un adjetivo compuesto por logros como la popularidad, la cuenta bancaria o el ráting.

Son dos visiones equívocas, que se contraponen al Estatuto de nuestro gremio --notable y correctamente incluyente-- pero también a toda lógica profesional.

Una casa que se derrumba está realizada por arquitectos que sacan mal los cálculos o se corrompen para ahorrar material; un diario que miente está realizado por periodistas que cubren deficientemente la realidad o que la desfiguran para beneficiar la línea editorial de una empresa.

Pero esos arquitectos, reitero, son arquitectos. Y esos periodistas, insisto, son periodistas. Negarlo implica brindar al resto de los profesionales un elogio que, por bien recibido que resulte, es injusto.


Las empresas

Desde su mismo surgimiento a escala masiva, los medios de comunicación han sido empresas. En los últimos años muchos de ellos han devenido, proceso de concentración mediante, en grandes conglomerados empresarios.

Y así como las empresas de los diversos rubros llevan adelante la política que consideran conveniente para sus intereses, los medios, con aciertos y errores, despliegan las acciones comunicacionales que evalúan pertinentes para crecer económicamente, lograr influencia política, ratificar o modificar cursos sociales, vender más publicidad.

Esto ocurre también, bueno es aclararlo, con los medios de izquierda, alternativos, nacionales y/o populares. En muchos casos, los objetivos son diferentes a los anteriores, diametralmente opuestos quizás. Pero ellos delinean una orientación editorial que se respeta de un modo menos cruento pero tan efectivo como en los demás casos.

Quienes conocen el trabajo que uno ha llevado adelante, saben que me ha tocado en suerte, además de ejercer puestos en la redacción llana, ser jefe de secciones variadas y director de varios emprendimientos. Como mi intención es no mentir, no porque sea "periodista" sino porque me parece un obrar adecuado para con las personas, señalo lo que sigue.

El trabajo

La primera selección del día en un medio de comunicación tipo se genera en la reunión de jefes y secretarios con la dirección. Allí se da la primer "censura" cuando se priorizan determinadas informaciones y se dejan de lado otras. El criterio que se utiliza es dual: por un lado, el espacio, por otro, lo que se considera de interés.

El primer punto es obvio: si un medio cubriera todo lo que ocurre en su país y en el mundo necesitaría miles de páginas, o de horas, sólo para una edición. El segundo es editorial: ahí se evalúa el impacto del tema según el perfil del lector y también de acuerdo a las necesidades empresariales.

Luego los jefes disponen las coberturas y la redacción de los artículos. Los cronistas --en medios audiovisuales llamados movileros-- y los redactores hacen su propia selección dentro de una temática y configuran una "nota" de acuerdo a su capacidad y formación.

Una vez realizado el material, los responsables de cada sección realizan una nueva actividad censora, que no es otra cosa que su función profesional, corrigiendo los textos, añadiendo aspectos que consideran valiosos, eliminando errores o factores que pueden damnificar la orientación del medio en el cual trabajan.

Si algún hecho resulta especialmente conflictivo, los jefes lo elevan hasta la dirección periodística para que tome una decisión y si el problema no halla solución, llega hasta la dirección empresarial, que toma una determinación que suele resultar indiscutible.

Así funcionan las cosas --siempre hay variantes en cada lugar-- en los medios. En todos los medios. Por eso resulta difícil encontrar artículos favorables a la renacionalización del petróleo argentino en los grandes conglomerados y por eso resulta raro observar artículos que reivindiquen al neoliberalismo en los medios populares.

Trazo grueso: el que dispone del capital define la orientación del medio. El que sustenta su dirección define qué sale y qué no en un medio de comunicación.


La censura

Como se verá, la censura es una parte inseparable de la actividad periodística. De ahí que la alarma, los ojos en blanco y los gritos que uno percibe cuando emerge públicamente un caso entre miles, hagan importantes estas precisiones.

A lo largo de mi vida profesional he sido censurado muchas veces. En ocasiones, debido a un contraste con el lineamiento editorial del medio en el cual estaba. No son pocos mis artículos que no han sido publicados porque contenían revelaciones u opiniones en verdad problemáticas para el poder o para sectores del poder.

Sólo por citar, a modo de ejemplo: uno de los textos en cuestión se refería a la distribución de coimas para la sanción de la Ley de Emergencia Económica durante el delarruísmo; otro, anterior, sobre la necesidad de expandir el gasto público, considerándolo inversión social, en rubros como la salud, la educación y la producción. Y hubo más.

Los medios que censuraron mis artículos son parte esencial del conglomerado más importante de la comunicación en la Argentina. Jamás se me ocurrió, más allá de exponer mi punto de vista para fundamentar esos materiales, salir a formular denuncias públicas al respecto. Conozco el oficio y entiendo el esquema.

Eso no implicó callarme: los materiales igual circularon, a través de los medios que aceptaron publicarlos. En ese período corroboré que para difundir lo que deseaba y consideraba beneficioso para el pueblo argentino necesitaba construír medios que tuvieran la línea editorial adecuada a esos intereses.

Los colegas que leen esto ya entienden lo que estoy planteando. Ellos saben que no existe medio en el cual publiquen todo lo que escriben. Saben también que a lo sumo todo termina en una discusión, más o menos acalorada con el superior de turno. Y que a la hora de salida, o al momento de finalizar el trabajo, juntan sus cosas y se dirigen a sus hogares; o al bar más cercano.

Pero ya que estamos en nítido tren de sinceramiento, no voy a esquivar el bulto de las responsabilidades directas. Como director de varios medios, me ha tocado --y esto sigue-- efectuar dolorosas y enojosas selecciones por razón de espacio, así como cortes en materiales de colegas con gran formación y dedicación.

Y también me ha tocado --y esto sigue-- rechazar notas contrastantes con la orientación del medio. Me he negado a publicar reivindicaciones explícitas o veladas de la dictadura militar, elogios a las políticas privatistas, pullas contra sectores populares argentinos.

Los lectores podrán considerar, conmigo, que esas fueron decisiones atinadas. Pero debo forzarlos, aún en mi contra, a evaluar que las mismas se encuadran, técnicamente, dentro del concepto de "censura". Guste a quien guste. Pues ¿defendemos o no la libre expresión de ideas?

Permítanme una a mi favor: jamás censuré sectores populares en debate aunque sus puntos de vista resultaran opuestos a los míos. Las páginas de los medios que he orientado siempre han estado abiertas a quienes estiman que la liberación nacional y la justicia social resultan valores dignos de ser divulgados.


Paréntesis. Los jóvenes

(En los últimos meses, he tenido la oportunidad de renovar el diálogo con jóvenes generaciones de estudiantes de periodismo y con realizadores de medios populares. Son hermosos momentos en los cuales se pueden escuchar las inquietudes y las aspiraciones de los pibes que van llegando a este oficio -- profesión, como lo definiera limpiamente Juan Salinas.

Hay de todo. Están los que piensan difundir tremendas investigaciones en los grandes medios. Están los que apuntan hacia la alternatividad. Están los que prefieren el periodismo institucional. Y los que anhelan un buen empleo, venga de donde venga. Están, claro, los que ni siquiera sospechan de qué se trata todo esto ni conocen el rumbo que van a seguir.

El futuro de estos chicos es incierto, porque el mismo depende de su propia formación integral, de su talento a la hora de plasmar informaciones y conceptos, del rumbo nacional y del desarrollo comunicacional argentino en varios sentidos. ¿Quién sabe?


Me interesa decirles a todos un puñado de cosas:

Si ingresan a los grandes medios algunos les dirán que se vendieron. Otros, que así se hace, pibe.

Si elaboran medios alternativos o populares les dirán que no tienen capacidad. Otros, que dicen la verdad.

Si trabajan bien en alguno de los dos espacios pero no se dan a conocer, les dirán que son periodistas grises. Sus padres y amigos preguntarán ¿nene, nunca vas salir en la tele, qué clase de periodista sos?

Si trabajan bien en alguno de los dos espacios y logran reconocimiento, les dirán que son jetones o caretas. Sus padres y amigos preguntarán ¿che, vos salís con la directora, o te hiciste amigo de algún capo?

Si se comen maniobras comunicacionales varios les dirán que son de los servicios. Otros, que dan en el clavo.

Si rechazan maniobras comunicacionales les dirán que se aíslan y hablan para pocos. Algunos, que baten la justa.

Si se corrompen algunos les dirán corruptos y otros, grandes señores.

Si no se corrompen algunos les dirán tontos y otros, compañeros.

Si se suman a causas populares varios es dirán que son fracasados o traen malas ondas. Algunos, les dirán luchadores.

Si se suman a causas antipopulares algunos les dirán que son traidores. Muchos, los señalarán como triunfadores.

Si ganan mucho les dirán que han dañado a colegas más talentosos. Otros, que se lo merecen.

Si ganan poco les dirán que resultaron ineptos. Algunos, que pobres pero honrados.

Por eso, y por muchas cosas más, tal vez lo mejor sea aprender a aprender, no escuchar el rumor innecesario, conocer la realidad a fondo, desarrollar las inquietudes y los talentos propios, saberse un trabajador, sentirse argentino y latinoamericano, respetar al público y a los colegas y, llueva o truene, seguir adelante dentro de las convicciones que se sustentan. Estos factores se pueden desplegar, con dificultad, en cualquiera de las opciones planteadas. Recibirán críticas impiadosas. Y reconocimientos inesperados. Aunque a simple vista no lo parezca.)


Las mejores familias

Espero que estos apuntes sirvan para que el público, no pocos colegas y algunos jóvenes, comprendan que no es atinado evaluar medios y periodistas a través de un idealismo que pretenda ignorar que los primeros son empresas y los segundos, trabajadores.

Espero que contribuyan a apuntalar el pensamiento propio y crítico, frente a las informaciones y conceptos que vierten cotidianamente los medios y los periodistas.

Espero que resulten de utilidad para entender que la libre expresión no existe y que para lograr difundir noticias y comentarios que sostienen preceptos que consideramos justos es preciso hacerse un lugar con energía y elaborar las propias bocas de expendio.

Espero que se entienda que la censura no es un dato excepcional sino una modalidad tradicional y expandida en todos los espacios comunicacionales, sea cual fuere su orientación.

Y finalmente, quiero agradecer al Instituto Jauretche por haberme otorgado el último jueves el Premio Arturo Jauretche 2005 a la Labor en Medios Gráficos. No quiero pensar, ni preguntarle a nadie --como diría Víctor Hugo--, a cuántos colegas merecedores de ese premio tuvieron que dejar de lado Marco Roselli y sus colaboradores para sintetizar en uno sólo su aval a la comunicación nacional y popular. Pues toda selección implica una censura. Y la misma se da aún en las mejores familias.

Abrazos para todos.

lunes, octubre 17, 2005

Guatemala: El huracán Stan y los pobres

Kajkoj Ba Tiul
Maya poqomchí, guatemalteco


"Madre y Padre Naturaleza, que te hemos hecho y porque nos pagas así, nos estarás diciendo que te duele lo que te hemos hecho. O tal vez porque no hemos hecho nuestras ceremonias, con pom, con candela, con ocote, no te hemos dado luz o de repente estas diciendo a los ricos de Guatemala, que por su ansiedad de poder, muchos de tus hijas e hijos, se están muriendo por la pobreza y la miseria."

Estas podrían ser las palabras de nuestros abuelos y de nuestras abuelas mayas, si los desastres del huracán Stan, hubiera sucedido en su época y en sus tiempos. Es más, nos estuvieran llamado la atención, porque no se ha hecho nada por resolver el problema de la pobreza y de la miseria en nuestra Guatemala, sufrida, explotada, humillada, discriminada.

El huracán Stan nos demuestra las dos grandes Guatemalas, la de los pobres y la de los ricos, la de la ciudad y del área rural, las del centro y de la periferia. Nos demuestra que a pesar de tener sendos acuerdos de paz, no se ha podido crear un programa de desarrollo social, consistente y permanente. Si es que aun se puede hablar de desarrollo, porque a mi entender eso no existirá, mientras unos pocos tienen el podes en sus manos.

El huracán Stan, demostró que no solo debe haber resarcimiento económico, sino también social y cultural, es decir, que los ricos, nos devuelvan lo que se han llevado y que si a ellos les interesa conservar su guatemalidad, primero deben resolver el problema de pobreza en nuestros país.

Mayas Eternos

Hace más de cinco mil años, Guatemala, comenzaba un proceso de desarrollo muy importante, prueba de ello, son los grandes templos y las grandes ciudades, que ahora los arqueólogos han estado descubriendo. Estos templos eran acompañados de grandes producciones científicas, entre los que se destacan: la matemática, la astronomía, la medicina, la religión, la agricultura, la danza y las artes, entre otras.

Prueba de esta producción científica son los códices, los grandes templos y glifos, esculpidos en piedras, la gran cantidad de documentos que fueron quemados por Diego de Landa en Yucatán, los títulos y otros libros que todavía conocemos como: el Popol Wuj, los Anales de los Kaqchikeles, el Memorial de Sololá, el Titulo de Totonicapán, el Titulo de los Señores de Kajkoj, entre otros. Todos estos documentos, estaban vinculados a una forma organizativa que estaba relacionada a una forma diferente de ver el mundo y la vida. Esta organización, estaba constituida en kalpules, tinamit y komon. Esta forma organizativa buscaba la forma de mantener la cosmovisión, que tiene como principio mantener la interrelacionalidad y la complementariedad de todo: comunidad, antepasados, divinidad, familia y naturaleza.

Estos principios (complemento e interrelación), obligaban a todos a caminar bajo los principios de armonía y equilibrio, los mismos que ayudaban a mantener el equilibrio con la naturaleza, y aunque se sufrían calamidades eran superados, sobre todo cuando esto se complementaba con la idea de colectividad. Ésta permitía superar todas las crisis, pero además ayudaba a vivir en solidaridad, que a la vez fortalecía los lazos comunitarios. Es allí en donde se comprende el papel que juega la comunidad como elemento cohesionador, que imprime pertenencia e identidad a lo maya a las personas.

Esta forma de vida se rompe primero con la colonia, luego con la independencia y por los diferentes programas políticos que se han implementado en el país, y ahora por los embates del neoliberalismo que ya no ve el significado cosmogónico de la madre naturaleza, sino sólo su sentido económico y mercantilista. A pesar de todas las formas de exclusión y discriminación que han sufrido los mayas, siempre han mantenido sus propias formas de ver el mundo y la vida y de esta manera se les puede considerar “los mayas eternos”.

La pobreza en territorio maya

Aunque algunos intelectuales y académicos especialistas en estudios mayas, afirman que durante la historia del pueblo maya, antes de la invasión española, hubo muchos conflictos y guerras, éstas se llevaban a cabo respetando ciertas normas y valores de la cosmovisión maya; es decir que siempre se buscaba la armonía y el equilibrio en beneficio del bien común y de todo el entorno. Pero algunas de estas normas fueron cambiando y transformándose, después de la invasión española y luego por las diferentes políticas aplicadas para hacer desaparecer a los mayas, pero se mantuvieron algunas que ayudaban a vivir en colectividad y a defender la madre naturaleza.

Con la invasión española inicia la pobreza en los mayas, después de ser dueños de todo el territorio se convirtieron en colonos, mano de obra barata, trabajadores de fincas y haciendas. Las tierras, pasaron a manos de los encomenderos y de los repartidores y en manos de la iglesia, que en tiempos de la colonia era la mayor terrateniente. Esto se fortalece con la independencia, con el aparecimiento de otra clase social: los criollos, quienes siguieron con el saqueo, y aunque respetaron las pocas tierras comunitarias que quedaban, comienza mucho más fuerte la pobreza y la usurpación del territorio indígena.

Poco a poco los mayas comenzaron a ser pobres, la relación Estado-Iglesia de la época, se fortalece y comienza la etapa de discriminación y racismo. Todos los gobiernos que se sucedieron, especialmente en la época liberal, expropian las tierras a la iglesia, pero estas no fueron repartidas a los pobres, sino se promovió el ingreso de extranjeros que comenzaron a explotar la madre tierra.

Después de mucho tiempo comienza la guerra interna en Guatemala. Treinta y seis años de guerra en donde la política de tierra arrasada hizo que el ejército de Guatemala quemara montañas completas en todo el territorio. Empobreciendo mucho más a la madre tierra. Pero una catástrofe natural, como el “Terremoto de 1976”, descubre las dos Guatemalas: la de los pobres y la de los ricos”.

Los acuerdos de paz, se pensaban que eran como el camino para la reconstrucción del país. Pero al quedarse en papel y sin la voluntad de los gobiernos de turno, no han resuelto en nada la situación de pobreza, al contrario, después de la guerra se ha agudizado mucho más. Aunque Guatemala ha subido algunos escalones en el Informe de Desarrollo Humano de Naciones Unidas, esto en la realidad no ha cambiado en nada.

Después de la firma de la paz otro hecho natural descubre de nuevo la pobreza. El huracán Match también nos presentó las dos caras de Guatemala. Pero después del desastre hubo promesas, como las que hoy se hacen; pero nuevamente nos damos cuenta que ni los acuerdos de paz, ni los programas de reconstrucción, ni los proyectos de conservación del ambiente, ha resuelto el problema de los guatemaltecos y las guatemaltecas.

La pobreza nuevamente sale a luz pública con este huracán. Tenía que ser la Madre Naturaleza quien nos recuerde que las riquezas siguen en pocas manos en Guatemala. Que los ricos no han sido capaces de desprenderse de lo que por derecho les corresponde a los pobres. Que ahora con las concesiones mineras y otras formas de explotación no sólo de la Madre Naturaleza, sino también de los hermanos y hermanas mayas, cada vez seremos más pobres.

Entonces la pobreza de los mayas es histórica, pero está relacionada con el aparecimiento de los imperios extranjeros en nuestro país. Está relacionada con la llegada de los colonizadores españoles, alemanes y desde algunas décadas de los colonizadores norteamericanos. Entonces la pobreza es el efecto de la discriminación y exclusión de la que han sido objeto los mayas desde hace muchos siglos.

El huracán Stan en tierras mayas

Según el calendario maya este año lo rige el Ajaw Iq. Este año denota desde su origen un desarrollo de huracanes, vientos fuertes, mucha lluvia, temblores, etc., pero lamentablemente por el abandono de ciertas prácticas mayas, ni el gobierno, ni las organizaciones mayas, lograron entender esta situación.

Si el Estado y sus asesores, tuvieran la sensibilidad de tomar en cuenta las recomendaciones de los ancianos y ancianas mayas, se hubieran resuelto muchas cosas, pero por las políticas de discriminación y exclusión que se promueve dentro del Estado no pueden escuchar, creo que a esto se refiere el Popol Wuj cuando habla de la creación de los hombres de madera y de barro, que no sentían y no pensaban.

Si Stan nos demuestra las dos Guatemalas, la de los pobres y la de los ricos, la de la ciudad y la del área rural; también nos tiene que abrir los ojos, para que veamos por qué muchos estamos en contra de las políticas neoliberales, en contra de las concesiones mineras. Porque está claro que la destrucción de la Madre Naturaleza, no es obra de los pobres, sino de aquellos que ostentan el poder económico, político y militar en Guatemala.

Un nuevo desastre natural, nos pone en sintonía con nuestros abuelos y abuelas, cuando nos recomendaban no dañar a la madre tierra. Siempre hay que verla como una madre que llora sangre cuando se le destruye y se comienza a vengar de nosotros y desgraciadamente quienes sufren son aquellos que nada tienen que ver con su destrucción.

¿El futuro?

Qué futuro les espera a quienes sufrieron los efectos de huracán. El gobierno dice que son más de 600 muertos, pero para las organizaciones sociales son muchos más; más de un millón de damnificados, entre huérfanos, viudas, casas destruidas, aldeas soterradas. Nuevamente estamos al frente de comunidades “fantasmas”, que sólo hablarán cuando se escriba sobre ellos o cuando las personas las recuerde.

El futuro es incierto, sobre todo si no se crean políticas no sólo para la reconstrucción del país, sino de desarrollo social. Será incierto si quienes ostentan el poder económico, político y militar, no comprendan que no “basta con golpearse el pecho” en navidad o semana santa o llamarse cristianos, porque donan algunas limosnas a las iglesias, o porque crean fundaciones de beneficencia, sino que hay que entrar en un verdadero programa de desarrollo social del país.

Para que Guatemala salga de la pobreza no basta con crear programas de apoyo o comisiones de diálogo. Se saldrá de la pobreza cuando ésta no se politice por el gobierno, los grupos de poder y los partidos políticos. Se saldrá de la pobreza cuando haya una justa y equitativa repartición de los bienes y la riqueza. El futuro de Guatemala, no está en las manos de los poderosos, está en las manos de los pobres, quienes con sus líderes deben demandar que cese ya la usurpación de recursos, la explotación de las riquezas y la politización de los derechos.

Si Stan demostró las dos Guatemalas, también demostró que el gobierno no tiene ni la capacidad y ni la voluntad para resolver los problemas del país. Se demostró en la poca atención que le dieran a los lugares afectados, como: San Marcos, Sololá, Huehuetenango, principalmente. También demostró que sólo cuando los pobres crean en los pobres se saldrá de la pobreza, porque serán una fuerza de cambio. Lo demostraron al donar víveres, medicina, vestuarios. Quienes más llegaron a los lugares de acopio fueron pobres y no los ricos. Estos últimos comenzaron a promover sus leches, sus aguas purificadas, comidas enlatadas.

En resumen, Guatemala, no saldrá de la crisis del huracán sólo dando los víveres y otras, cosas. Saldrá, cuando se crean programas de educación y salud apropiados a las necesidades de las comunidades, cuando se repartan las tierras equitativamente, cuando se dejen de conceder las minas y los recursos de los mayas.

En una sola palabra Guatemala, saldrá del shock del huracán, no sólo con programas psicológicos o cuando se desentierren a quienes quedaron soterrados. Saldrá de este trauma, cuando se promueva el desarrollo social con justicia y equidad. Se saldrá del shock, cuando se considere a los pobres, “seres humanos”.

viernes, octubre 14, 2005

Niñas sin muñecas

Ana Muñoz
Centro de Colaboraciones Solidarias, Madrid


Mientras las niñas de los países del Norte juegan a ser "mamás", decenas de millones de niñas son obligadas a casarse y tener hijos. Uno de cada diez partos que se producen en el mundo es protagonizado por una madre que aún es una niña, según denuncia el informe de Estado Mundial de las Madres publicado por la ONG Save the Children.

Nacer mujer, en cualquier parte del mundo, supone un mayor riesgo de ser discriminada, y si el nacimiento tiene lugar en un país del Sur las posibilidades de vivir en la pobreza y ser madre prematura se multiplican. Más de una de cuatro niñas entre 15 y 19 años están casadas. La discriminación de la mujer es más cruel si se piensa en las niñas. "La pobreza tiene cara de mujer y especialmente de niña", lamenta la Secretaria de Estado de Cooperación española, Leire Pajín. No hay que olvidar que según Naciones Unidas, a mediados de los años 90 había un 50% más de mujeres que vivían en condiciones de pobreza que treinta años antes.

El arma más poderosa con la que se cuenta para conseguir invertir esta realidad es la educación. La vida de una niña que va a la escuela es completamente diferente de las niñas que no son escolarizadas. Hoy, de los más de cien millones de niños que no van al colegio, 58 millones son niñas. Niñas que son analfabetas, que se casan y tienen hijos de manera prematura, y niñas que mueren antes de tiempo. Más de un millón de niñas y sus hijos en todo el mundo mueren por complicaciones en el parto o durante el embarazo.

Una niña que recibe educación se casará más tarde, tendrá menos hijos, proporcionará mejor atención y alimentación a su familia y solicitará atención médica para sus hijos y para ella. Así, se abrirá el camino de un círculo "virtuoso" para la comunidad: se reducirá el índice de mortalidad infantil, se controlará el índice demográfico, mejorará la nutrición y la salud de población y mejorará, en general, el índice de desarrollo y se producirá una mejora en su progreso económico. Cada año que una niña consigue permanecer en la escuela reduce en dos puntos la posibilidad de muerte.

Los 189 países que firmaron los Objetivos Del Milenio (ODM) en el año 2000 en la Cumbre de Nueva York tenían claro que la igualdad de acceso en educación era necesaria para el desarrollo de los pueblos más empobrecidos. Sin embargo, este objetivo está aún lejos de cumplirse. El estudio de Save the Children pone de manifiesto que si las desigualdades en educación desapareciesen se evitarían casi 250.000 muertes sólo en la India.

Estudios de Naciones Unidas han revelado que la falta de educación tiene un alto coste. Han demostrado que si a una mujer se le dan las mismas posibilidades y apoyos que a los hombres, éstas aumentan el rendimiento de la tierra de cultivo o que si se eliminasen las desigualdades de género, muchos países aumentarían su PIB en más de un 5%.

Sin embargo, luchar contra la desigualdad a la hora de acceder a la educación no es sólo cuestión de dinero. Países como Kenia con una renta per cápita de 1.000 dólares supera las expectativas de escolarización de las niñas, mientras que Arabia Saudí, 12.650 dólares de renta, queda por debajo de ellas. Así, es fundamental la voluntad de los gobiernos de todo el mundo para hacer universal la educación primaria para niños y niñas. La falta de formación hace que millones de personas se encuentren atrapadas, no crean en sus posibilidades y su crecimiento personal.

Para acabar con la discriminación de las mujeres y las niñas, además, hay que luchar por poner fin a leyes que perpetúan esta situación y regular la edad en la que las niñas pueden casarse, impulsar la participación de las mujeres en todos los ámbitos de la sociedad, apoyar el acceso al mercado laboral, promover una educación que no esté basada en los roles tradicionales, mejorar el acceso de la mujer al sistema de salud e, incluso, crear servicios adaptados a las mujeres y las niñas. Baste como ejemplo que la mayoría de los medicamentos son "probados" en hombres.

La comunidad internacional tiene que aceptar el desafío y devolver a las niñas sus juguetes.

Los diablos del diablo

Eduardo Galeano
Periodista y escritor uruguayo


El Diablo es musulmán

Ya el Dante sabía que Mahoma era terrorista. Por algo lo ubicó en uno de los círculos del infierno, condenado a pena de taladro perpetuo. "Lo ví rajado", celebró el poeta en La divina comedia, "desde la barba hasta la parte inferior del vientre…"

Más de un Papa había comprobado que las hordas musulmanas, que atormentaban a la Cristiandad, no estaban formadas por seres de carne y hueso, sino que eran un gran ejército de demonios que más crecía cuanto más sufría los golpes de las lanzas, las espadas y los arcabuces.

En tiempos actuales, los misiles fabrican muchos más enemigos que los enemigos que destripan. Pero, ¿qué sería de Dios, al fin y al cabo, sin enemigos? El miedo manda, las guerras comen miedo. La experiencia prueba que la amenaza del infierno es siempre más eficaz que la promesa del Cielo. Bienvenidos sean los enemigos. En la Edad Media, cada vez que tambaleaba el trono, por bancarrota o furia popular, los reyes cristianos denunciaban el peligro musulmán, desataban el pánico, lanzaban una nueva Cruzada y santo remedio. Ahora, hace un ratito nomás, George W. Bush ha sido reelecto presidente del planeta gracias a la oportuna aparición de Bin Laden, el Satán mayor del reino, que en vísperas de la elección anunció, desde la tele, que iba a comerse a todos los niños crudos.

Allá por el año 1564, el demonólogo Johann Wier había contado los diablos que estaban trabajando en la tierra, a tiempo completo, por la perdición de las almas cristianas. Había siete millones cuatrocientos nueve mil ciento veintisiete, que actuaban divididos en setenta y nueve legiones.

Muchas aguas hirvientes han pasado, desde aquel censo, bajo los puentes del infierno. ¿Cuántos suman, hoy día, los enviados del reino de las tinieblas? Las artes de teatro dificultan el conteo. Estos engañeros siguen usando turbantes, para ocultar sus cuernos, y largas túnicas tapan sus colas de dragón, sus alas de murciélago y la bomba que llevan bajo el brazo.


El Diablo es judío

Hitler no inventó nada. Desde hace dos mil años, los judíos son los imperdonables asesinos de Jesús y los culpables de todas las culpas.

¿Cómo? ¿Que Jesús era judío? ¿Y judíos eran también los doce apóstoles y los cuatro evangelistas? ¿Cómo dice? No puede ser. Las verdades reveladas están más allá de la duda y no exigen más evidencia que su propia existencia. Las cosas son como se dice que son, y se dice porque se sabe: en las sinagogas el Diablo dicta clase, y los judíos están desde siempre dedicados a profanar hostias y a envenenar aguas benditas. Por ellos han ocurrido las bancarrotas económicas, las crisis financieras y las derrotas militares; son ellos quienes han traído la fiebre amarilla y la peste negra y todas las pestes.

Inglaterra los expulsó, sin dejar ni uno, en el año 1290, pero eso no impidió que Chaucer, Marlowe y Shakespeare, que nunca habían visto un judío, fueran obedientes a la caricatura tradicional y reprodujeran personajes judíos según el molde satanísimo del parásito chupasangre y el avaro usurero.

Acusados de servir al Maligno, estos malditos anduvieron los siglos de expulsión en expulsión y de matanza en matanza. Después de Inglaterra, fueron sucesivamente echados de Francia, Austria, España, Portugal y numerosas ciudades suizas, alemanas e italianas. Los reyes católicos, Isabel y Fernando, expulsaron a los judíos, y también a los musulmanes, porque ensuciaban la sangre. Los judíos habían vivido en España durante trece siglos. Se llevaron las llaves de sus casas. Hay quienes las tienen todavía. Nunca más volvieron.

La colosal carnicería organizada por Hitler culminó una larga historia de persecución y humillación. La caza de judíos ha sido siempre un deporte europeo. Ahora los palestinos, que jamás lo practicaron, pagan la cuenta.


El Diablo es mujer

El libro Malleus Maleficarum, también llamado El martillo de las brujas, recomendaba el más despiadado exorcismo contra el demonio que lleva tetas y pelo largo. Dos inquisidores alemanes, Heinrich Kramer y Jakob Sprenger, lo escribieron, por encargo del Papa Inocencio VIII, para hacer frente a las conspiraciones demoníacas contra la Cristiandad. Se publicó por primera vez en 1486, y hasta fines del siglo dieciocho fue el fundamento jurídico y teológico de los tribunales de la Inquisición en varios países.

Los autores sostenían que las brujas, harén de Satán, representaban a las mujeres en estado natural: "Toda brujería proviene de la lujuria carnal, que en las mujeres es insaciable." Y demostraban que "esos seres de aspecto bello, contacto fétido y mortal compañía" encantaban a los hombres y los atraían, silbidos de serpiente, colas de escorpión, para aniquilarlos. Y advertían a los incautos, citando a la Biblia: "La mujer es más amarga que la muerte. Es una trampa. Su corazón, una red, y cadenas sus brazos."

Este tratado de Criminología, que envió a miles de mujeres a las piras de la Inquisición, aconsejaba someter a tormento a todas las sospechosas de brujería. Si confesaban, merecían el fuego. Si no confesaban, también, porque sólo una bruja, fortalecida por su amante el Diablo en los aquelarres, podía resistir semejante suplicio sin soltar la lengua.

El Papa Honorio III había sentenciado que el sacerdocio era cosa de machos:

- Las mujeres no deben hablar. Sus labios llevan el estigma de Eva, que perdió a los hombres. Ocho siglos después, la Iglesia católica sigue negando el púlpito a las hijas de Eva.

El mismo pánico hace que los fundamentalistas musulmanes les mutilen el sexo y les tapen la cara. Y el alivio por el peligro conjurado mueve a los judíos muy ortodoxos a empezar el día susurrando:

- Gracias, Señor, por no haberme hecho mujer.


El Diablo es homosexual

Desde 1446, los homosexuales marchaban a la hoguera en Portugal. Desde 1497, los quemaban vivos en España. El fuego era el destino que merecían estos hijos del infierno, que del fuego venían. En América, en cambio, los conquistadores preferían arrojarlos a los perros. Vasco Núñez de Balboa, que a muchos emperró, creía que la homosexualidad era contagiosa. Cinco siglos después, escuché decir lo mismo al arzobispo de Montevideo.

Cuando los conquistadores asomaron en el horizonte, sólo los aztecas y los incas, en sus imperios teocráticos, castigaban la homosexualidad -y con pena de muerte. Los demás americanos la toleraban, y en algunos lugares la celebraban, sin prohibición ni castigo.

Esta provocación insoportable debía desatar la cólera divina. Desde el punto de vista de los invasores, la viruela, el sarampión y la gripe, pestes desconocidas que mataban indios como moscas, no venían de Europa sino del Cielo. Así Dios castigaba el libertinaje de los indios, que practicaban la anormalidad con toda naturalidad. Ni en Europa, ni en América, ni en ningún lugar del mundo se ha llevado la cuenta de los muchos homosexuales condenados al suplicio o a la muerte por el delito de ser. Nada sabemos de los tiempos lejanos, y poco o nada sabemos del ahora nomás.

En la Alemania nazi, estos "degenerados culpables de aberrante delito contra la naturaleza" estaban obligados a portar un triángulo rosado. ¿Cuántos fueron a parar a los campos de concentración? ¿Cuántos murieron allí? ¿Diez mil, cincuenta mil? Nunca se supo. Nadie los contó, casi nadie los mencionó. Tampoco se supo nunca cuántos fueron los gitanos exterminados.

El 18 de septiembre del año 2001, el gobierno alemán y los bancos suizos resolvieron "rectificar la exclusión de los homosexuales entre las víctimas del Holocausto". Más de medio siglo demoraron en corregir la omisión. A partir de esa fecha, pudieron reclamar indemnización los homosexuales que habían sobrevivido en Auschwitz y otros campos, si es que alguno quedaba todavía vivo.

miércoles, octubre 12, 2005

Caras y caretas

"El Día de la Raza pasó a ser el del Encuentro.
¿Son encuentros las invasiones coloniales?"


Eduardo Galeano

¿Cristóbal Colón descubrió América en 1492? ¿O antes que él, la descubrieron los vikingos? ¿Y antes que los vikingos? Los que allí vivían, ¿no existían?

Cuenta la historia oficial que Vasco Núñez de Balboa fue el primer hombre que vio, desde una cumbre de Panamá, los dos océanos. Los que allí vivían, ¿eran ciegos?

¿Quiénes pusieron sus primeros nombres al maíz y a la papa y al tomate y al chocolate y a las montañas y a los ríos de América? ¿Hernán Cortés, Francisco Pizarro? Los que allí vivían, ¿eran mudos?

Nos han dicho, y nos siguen diciendo, que los peregrinos del “Mayflower” fueron a poblar América. ¿América estaba vacía?

***

Como Colón no entendía lo que decían, creyó que no sabían hablar.

Como andaban desnudos, eran mansos y daban todo a cambio de nada, creyó que no eran gentes de razón.

Y como estaba seguro de haber entrado al Oriente por la puerta de atrás, creyó que eran indios de la India.

Después, durante su segundo viaje, el almirante dictó un acta estableciendo que Cuba era parte del Asia.

El documento del 14 de junio de 1494 dejó constancia de que los tripulantes de sus tres naves lo reconocían así; y a quien dijera lo contrario se le darían 100 azotes, se le cobraría una pena de 10 mil maravedíes y se le cortaría la lengua.

El notario, Hernán Pérez de Luna, dio fe.

Y al pie firmaron los marinos que sabían firmar.

***

Los conquistadores exigían que América fuera lo que no era. No veían lo que veían, sino lo que querían ver: la fuente de la juventud, la ciudad del oro, el reino de las esmeraldas, el país de la canela. Y retrataron a los americanos tal como antes habían imaginado a los paganos de Oriente.

Cristóbal Colón vio en las costas de Cuba sirenas con caras de hombre y plumas de gallo, y supo que no lejos de allí los hombres y las mujeres tenían rabos.

En la Guayana, según sir Walter Raleigh, había gente con los ojos en los hombros y la boca en el pecho.

En Venezuela, según fray Pedro Simón, había indios de orejas tan grandes que las arrastraban por los suelos.

En el río Amazonas, según Cristóbal de Acuña, los nativos tenían los pies al revés, con los talones adelante y los dedos atrás, y según Pedro Martín de Anglería las mujeres se mutilaban un seno para el mejor disparo de sus flechas.

Anglería, que escribió la primera historia de América pero nunca estuvo allí, afirmó también que en el Nuevo Mundo había gente con rabos, como había contado Colón, y sus rabos eran tan largos que sólo podían sentarse en asientos con agujeros.

***

El "Código Negro" prohibía la tortura de los esclavos en las colonias francesas. Pero no era por torturar, sino por educar, que los amos azotaban a sus negros y cuando huían les cortaban los tendones.

Eran conmovedoras las Leyes de Indias, que protegían a los indios en las colonias españolas. Pero más conmovedoras eran la picota y la horca clavadas en el centro de cada Plaza Mayor.

Muy convincente resultaba la lectura del Requerimiento, que en vísperas del asalto de cada aldea explicaba a los indios que Dios había venido al mundo y que había dejado en su lugar a San Pedro y que San Pedro tenía por sucesor al Santo Padre y que el Santo Padre había hecho merced a la reina de Castilla de toda esta tierra y que por eso debían irse de aquí o pagar tributo en oro y que en caso de negativa o demora se les haría la guerra y ellos serían convertidos en esclavos y también sus mujeres y sus hijos. Pero este Requerimiento de Obediencia se leía en el monte, en plena noche, en lengua castellana y sin intérprete, en presencia del notario y de ningún indio, porque los indios dormían, a algunas leguas de distancia, y no tenían la menor idea de lo que se les venía encima.

***

Hasta no hace mucho, el 12 de octubre era el Día de la Raza.

Pero, ¿acaso existe semejante cosa? ¿Qué es la Raza, además de una mentira útil para exprimir y exterminar al prójimo?

En el año 1942, cuando Estados Unidos entró en la guerra mundial, la Cruz Roja de ese país decidió que la sangre negra no sería admitida en sus bancos de plasma. Así se evitaba que la mezcla de razas, prohibida en la cama, se hiciera por inyección.

¿Alguien ha visto, alguna vez, sangre negra?

***

Después, el Día de la Raza pasó a ser el Día del Encuentro.

¿Son encuentros las invasiones coloniales? ¿Las de ayer, y las de hoy, encuentros? ¿No habría que llamarlas, más bien, violaciones?

Quizás el episodio más revelador de la historia de América ocurrió en el año 1563, en Chile. El fortín de Arauco estaba sitiado por los indios, sin agua ni comida, pero el capitán Lorenzo Bernal se negó a rendirse. Desde la empalizada, gritó:

-¡Nosotros seremos cada vez más!

-¿Con qué mujeres? -preguntó el jefe indio.

-Con las vuestras. Nosotros les haremos hijos que serán vuestros amos.

***

Los invasores llamaron caníbales a los antiguos americanos, pero más caníbal era el Cerro Rico de Potosí, cuyas bocas comían carne de indios para alimentar el desarrollo capitalista de Europa.

Y los llamaron idólatras, porque creían que la naturaleza es sagrada y que somos hermanos de todo lo que tiene piernas, patas, alas o raíces.

Y los llamaron salvajes. En eso, al menos, no se equivocaron. Tan brutos eran los indios que ignoraban que debían exigir visa, certificado de buena conducta.

(La Jornada; 111005)