martes, enero 29, 2008

La diáspora que causó Israel
Palestinos “ilegales” en su tierra

Francois Xavier Chaunier
Gloria Muñoz Ramírez
Hebrón, Cisjordania

La cosecha de olivas es un reto anual para los campesinos palestinos. Aquí no se trata de sacudir los árboles y recibir el fruto, sino de poner el cuerpo como escudo ante la furia de los perros y las piedras que lanzan los colonos de Israel instalados en esta zona. “Ellos” —los colonos— “quieren que nos cansemos de tanta agresión y abandonemos estas tierras, pero no tenemos más, así es que aquí permanecemos”, advierte Jaid, campesino que organiza brigadas de internacionalistas que acompañan a los palestinos a la cosecha. “A veces” —explica— “los colonos se detienen cuando ven la presencia de observadores extranjeros, ya que no les conviene la imagen pública de sus agresiones”.

El otoño pasado, cerca de la colonia Karme Zur, un grupo de campesinos fue a recoger sus olivas en compañía de una brigada de franceses. En este caso, la opinión pública poco importó a los agresores, pues en el camino fueron agredidos con piedras lanzadas por los colonos israelíes y asaltados por sus perros. Los acompañantes pidieron el auxilio del ejército de Israel, quien, cómplice de los colonos, tardó en llegar y en parar la agresión. La cosecha de cualquier forma se suspendió, pues si el grupo hubiera intentado adentrarse al campo, el ejército no garantizaba su seguridad. En las semanas siguientes la historia se repitió. En resumen: los campesinos palestinos no pueden cosechar sus olivas en sus propias tierras.

Se trata, explica Jaid, “de que nos cansemos y abandonemos las tierras, pues hay una ley israelí que advierte que si las tierras no son cultivadas durante cinco años, pueden ser requisadas por el Estado. ¿Pero, cómo vamos a trabajarlas si, además de las agresiones, cuando los campos se encuentran cerca del muro tenemos que sacar un permiso especial que otorga Israel, autorización que, por supuesto, muchas veces no llega”.

Las colonias de la zona de Hebrón se caracterizan por ser algunas de las más extremistas de Cisjordania (Kharsina, Asfar, Adora, Otni’el, Karme zur, y Qyriat Arba). Aquí, además de las agresiones directas, los colonos también destruyen los árboles o roban las olivas de los campos, principalmente los que, con la construcción del muro en el 2002, quedaron “del otro lado”.

Fatima, la mamá de Jaid, tiene 85 años. Sube a los campos en la parte trasera de una camioneta que atraviesa grandes colinas empedradas. Llega al campo de olivas y, literalmente, se derrumba frente al primer árbol. Extiende entonces su falda y con una gran sonrisa empieza a recoger, una por una, las olivas regadas en la tierra. Es una mujer campesina, es palestina y no pierde la esperanza.

Belén, Cisjordania. “En todos los países todos viven juntos, sólo Israel quiere un Estado para los judíos. Vivimos en un régimen de apartheid, pero esto tiene que terminar. Es un asunto de tiempo. ¿Qué de dónde viene mi optimismo? Los refugiados no tenemos más elección que la esperanza”, dice Atallah Salem, del Centro de información sobre la residencia palestina y los derechos de los refugiados Badil, con sede en Belén.

El cambio para Palestina, dice, “no vendrá de los gobiernos ni de las conferencias internacionales, vendrá de abajo, del pueblo, por eso se trata de mantenerlo informado sobre sus derechos, pues un pueblo informado puede generar presión a su gobierno para que las cosas cambien”. En Palestina, insiste, “no se puede perder la esperanza, sencillamente porque no tenemos opción”.

Actualmente, según las estadísticas del centro de información Badil, existen cerca de 8 millones de refugiados palestinos en todo el mundo. “Palestina es el país con más refugiados y con más años en el refugio en todo el planeta”, señala Atallah. Es, también, el pueblo que ha enfrentado la ocupación y destrucción de su territorio más larga en toda la historia contemporánea.

“En todas las negociaciones que se han dado hasta el momento” —explica— “Israel utiliza el derecho al retorno generando miedo, como si se tratara de una gran invasión de palestinos. Para ellos el retorno significa la destrucción de Israel, o al menos así quieren mostrarlo, aunque saben perfectamente que no es cierto”.

Entrevistado en sus oficinas, ubicadas en el centro de Belén, Atallah explica que el asunto de los refugiados es también un problema jurídico, pues ellos cuentan aún con los documentos de propiedad de sus tierras, lo que hace del derecho colectivo al retorno, también un derecho individual. “Son sus tierras y no tienen por qué abandonar la idea de regresar a ellas”.

En 1948, una resolución de la ONU permitió la creación del Estado de Israel sobre tierras palestinas, lo que originó una serie de eventos violentos que obligaron al desplazamiento masivo de los palestinos. La masacre de más de 100 hombres, mujeres y niños en el pueblo palestino de Deir Yassin, en abril de 1948, generó el pánico suficiente para lograr que los palestinos huyeran de sus pueblos, quedando sus casas, propiedades y tierras bajo el control israelí. Posteriormente, durante la Guerra de los Seis Días de 1967, Israel ocupó toda Palestina, las mesetas sirias del Golán y el Sinaí egipcio. Por si fuera poco, a partir de la Segunda Intifada, que inició en el 2000, Israel decidió construir un muro por supuestas razones de seguridad, que en realidad le permite asfixiar a la comunidad palestina y quedarse con más territorio. Israel no sólo necesita las tierras, quiere a los palestinos fuera de ellas.

Cuando se habla de los refugiados no sólo se deben mencionar los desplazados por las guerras de 1948 y 1967, años en los que decenas de miles fueron echados de sus tierras por los órganos militares y paramilitares del movimiento sionista, con el apoyo militar y político británico y estadounidense. Hablar de refugiados hoy significa referirse a los que cada día son asfixiados, masacrados y pisoteados en los campos y fuera de ellos.

Actualmente, de cada tres refugiados en el mundo, uno es palestino. A partir del año 2000, con la construcción del muro, se generaron 400 mil refugiados más en sólo 7 años, “y para cuando los israelíes terminen el muro esta cifra se incrementará significativamente”.

“Durante sesenta años los refugiados se han agotado varias veces, pero luego surgen las Intifada. Hay momentos de reposo, pero no de rendición. No hay persona refugiada que pueda abandonar sus derechos por una razón muy sencilla: no tiene otra opción. La solución de quedarse a vivir fuera de sus tierras es, definitivamente, inconcebible”, advierte Atallah Salem.


http://www.jornada.unam.mx/2008/01/21/oja129-palestinos.html

viernes, enero 25, 2008

Chile: Ciega, sorda, muda

Paulina Acevedo
Radio Universidad Chile

Mientras escribo estas líneas, el mundo posa cada vez más sus ojos sobre Chile y desde allí nos habla. Conferencia de prensa a las 11 en París, Francia; manifestación frente a la Embajada de Chile en Bruselas, Bélgica; recital de poesía y música en Roma, Italia; velatón en Girona, España….

Y es que como líquido derramado, la vil noticia se expande haciendo surgir espontáneas manifestaciones de apoyo desde fuera de nuestras fronteras, reflejo del asombro horrorizado de quienes observan a la distancia como una vida se apaga, sin que se la escuche ni se la atienda. Peor aún, una vida a la que se le ignora.

Se trata de la vida de la asistente social de 38 años, Patricia Troncoso Robles, que hoy cumple 107 días de huelga de hambre, la más extensa de la historia mundial, y que se ha desarrollado ante el silencio indolente del estado chileno y la acción negligente e incluso culposa de ciertas autoridades, pues existían compromisos contraídos que no se cumplieron y eran determinantes para que la huelga fuera depuesta: conformar una mesa de negociaciones al 26 de diciembre 2007, palabra a la que el gobierno faltó y que fue anticipado por Patricia Troncoso, cuando argumentó que continuaría con la huelga hasta que no se conformara efectivamente esta mesa. El tiempo le dio la razón.

Por eso nadie podrá esgrimir la manoseada “responsabilidad política” al momento de hacerse cargo de una muerte que el mundo trata de evitar. Una muerte que remitiría a responsabilidades penales que los tribunales de justicia tendrán que resolver en su momento, así como hoy deben resolver los recursos de protección y de amparo que han interpuesto familiares y abogados de derechos humanos. Y que, sin lugar a dudas, continuarán aumentando.

Las cosas están turbias y no dan luces de esclarecerse. Patricia fue trasladada la semana pasada, sin el consentimiento de su familia, desde el Hospital de Temuco al pensionado del Hospital de Chillán, ciudad que la vio crecer. En ese lugar fue amarrada a su cama y forzada a recibir alimentación intravenosa el lunes recién pasado, mediante un catéter de 5mm introducido a través de una incisión en su pecho, lo que además de contravenir los derechos que garantiza la Convención de Malta, constituye un riesgo adicional a su vida. Pues se trata de un procedimiento en extremo complejo, más en su delicado estado de salud, que debe realizarse en una unidad de tratamientos intensivos y no de recuperación, donde existan las garantías de un área libre de posibles infecciones que puedan llevarla a un shock séptico.

Cabe destacar que esta no es la primera vez que Patricia Troncoso inicia una huelga de hambre para dar cuenta de su injusto juzgamiento y condena a 10 años y un día por delito de incendio calificado de terrorista, así como la criminalización de la que están siendo objeto las legítimas demandas de tierras del pueblo mapuche. Una forma pacífica de protestar, al costo de su propia muerte.

La primera vez fue a fines de 2006, donde los medios guardaron la misma indiferente mirada frente a estos hechos. Tuvo que ser el Premio Nobel José Saramago, durante una gira de la Presidenta Bachelet al exterior, quien destapó la olla, al pedirle “mirar a los mapuche”.

Sin embargo, por segunda vez los días siguen pasando para Patricia y la presidenta no ve o no quiere ver. Mientras su hiperventilado vocero afirma que el orden público será la prioridad del segundo tiempo de su gobierno, "con toda la fuerza del derecho y de la ley", parafraseando nuestro muy chileno "por la razón o la fuerza".

Pero lo que se requiere no es más fuerza, sino un gesto humanitario urgente y, en el largo plazo, reconocer los derechos que sobre la tierra tienen las comunidades por derecho ancestral, así como revisar la forma en que el estado se relaciona con los pueblos indígenas, para avanzar realmente a un nuevo trato.

Por lo pronto, la presidenta continúa ciega, sorda y muda, frente a una persona que lleva más de cien días sin comer para exigir sus derechos. ¿Esta es la democracia por la que tanto esperamos?

lunes, enero 07, 2008

Aforismos

Leonardo Boff
teólogo brasileño

No parece inadecuado al principio del año, ofrecer algunos aforismos, fruto de la reflexión y de la sabiduría cotidiana, presente en el ambiente cultural. Enumeraremos unos cuantos, comprensibles por sí mismos.

- Más importante que saber es "no perder nunca la capacidad de aprender".

- Si todo en el universo está en génesis, entonces el ansiado paraíso no está al principio sino al final.

- Estamos enteros, pero no acabados. Empezamos a nacer y vamos naciendo lentamente hasta acabar de nacer. Es cuando morimos.

- Sólo puede morir lo que es. Lo posible, que todavía no es, permanece para realizarse más allá de la muerte.

- No vivimos para morir. Morimos para resucitar.

- Si te sientes común y corriente, consuélate. Dios debe haber amado mucho a la gente común y corriente para crear un número tan grande, entre ellos tú y yo.

- No vayas por caminos ya andados. De lo contrario nunca dejarás tus huellas en el suelo.

- Si quieres ir lejos, camina despacio. Nunca te pares, ni camines hacia atrás.

- Da gracias a Dios por haber tropezado, así evitó una caída.

- Donde no hay ningún miedo, no habrá tampoco ningún valor, necesario para vivir.

- Si quieres olvidar las muchas piedras que impiden tu camino, piensa en los cimientos de la casa que puedes construir con ellas.

- En la lucha entre la piedra y la gota, ganará siempre la gota, no por su fuerza sino por su perseverancia.

- Si mantienes firme la perspectiva del fin, no habrá obstáculo que te sea insuperable.

- Lo nuevo solamente surge a condición de que algo haya sido dejado atrás.

- Para quien busca, siempre habrá una Estrella, como la de Belén, que ilumine su camino.

- Un navío está seguro en el puerto, pero no fue construido para eso.

- De una única vela pueden encenderse millares de otras, sin que su luz disminuya.

- Si quieres subir una escalera larga, no mires lo larga que es, mira cada peldaño.

- Para los que quieren cantar, en el aire siempre habrá una melodía a su disposición.

- Sólo entenderá bien al otro, quien se coloque en su lugar.

- Hasta el reloj que está parado, dará la hora en punto dos veces al día.

- Sé como la cigarra, que para renovarse tiene que perder toda su apariencia externa.

- Sólo se alegrarán con el amanecer quienes supieron esperar dentro la noche oscura.

- Nadie entrará en el cielo si primero no empezó a construirlo aquí en la tierra.

- Todo niño quiere ser hombre. Todo hombre quiere ser rey. Todo rey quiere ser Dios. Sólo Dios quiso ser niño.

- Porque los cristianos anunciaron un Dios sin el mundo, surgió en consecuencia un mundo sin Dios.

- Humano así como Jesús, sólo Dios mismo.

- Al principio de todo, no está la soledad de Uno, sino la comunión de los Tres: del Origen sin origen, de la suprema Palabra y de la sagrada Unión de todo con todo. Están tan entrelazados en el amor que se unifican, es decir, se hacen Uno.