jueves, noviembre 24, 2005

Insostenibilidad ambiental:
¿Tiene futuro la humanidad?

Ricardo García Zaldívar
Attac Madrid, profesor
U. Carlos III de Madrid.


Cada vez hay menos personas dentro del mundo científico que defiendan que catástrofes naturales como la de Nueva Orleans o la de Guatemala y El Salvador no tiene relación con el cambio climático y la acumulación de gases que producen el efecto invernadero. Si los huracanes se multiplican en número y en intensidad es como respuesta al calentamiento global de los mares y si la desertización del planeta avanza a pasos agigantados es debido al cambio climático: desgraciadamente se trata de fenómenos cuyas consecuencias dramáticas sobre la humanidad no han hecho más que empezar.

¿Catastrofismo? Ojalá fuera sólo eso. La verdad es que resulta cada vez más difícil seguir manteniendo, con una fe próxima a la del carbonero, que los avances tecnológicos vendrán a salvarnos cada vez que los agoreros de la catástrofe mundial pretendan aguarnos la fiesta consumista, sobre todo a ese 10% escaso de la población mundial que disfrutamos de un nivel de vida muy alejado de los umbrales de una pobreza a la que se ha condenado a casi la mitad de la humanidad.

Se puede intentar no pensar en ello y tratar de vivir de espaldas a los graves problemas ambientales del planeta, pero no hay nadie sensato que pretenda que los actuales niveles de vida de ese 10% rico de la población sobre la Tierra son extensibles al 90% restante. La insostenibilidad de la actividad humana en el planeta se ha vuelto incuestionable, en este principio de siglo XXI. Es insostenible porque no respeta los límites, pues lo que se toma de la biosfera (recursos naturales) y lo que se devuelve a ella (residuos y calor) hace tiempo que está fuera de los límites de absorción y regeneración de los ecosistemas. Y es igualmente insotenible, a la vez que insolidaria, porque se está acabando de forma inconsciente e irresponsable con la biodiversidad, sin dejar a las generaciones futuras un grado de libertad en las alternativas vitales similar al que se ha recibido de las generaciones anteriores.

Susan George afirma en su excelente libro Otro mundo es posible si... (Icaria, 2003), que "dos visiones del mundo, la ecológica y la económica, están enzarzadas en una guerra, con independencia de que esta guerra se haya reconocido ya o no. Su resultado decidirá nada menos que el futuro de la humanidad y, de hecho, si la humanidad tiene o no un futuro". No hay más remedio que admitir que en las últimas décadas, la visión económica, de clara raíz neoliberal, no ha cesado de ganar batallas y la humanidad tiene cada vez menos futuro.

Y en esta desenfrenada carrera de la actual civilización hacia el desastre ecológico, uno de los hechos más sangrantes es el abuso de lenguaje que los Gobiernos de los países ricos realizan en relación a la falacia de desarrollo sostenible. Porque ni conlleva desarrollo ni es sostenible esta globalización financiera neoliberal que los nuevos amos del mundo proclaman cínicamente como la única alternativa viable para crear riqueza en el planeta y combatir la pobreza. Ni tampoco es cierto, como argumentan algunos por razones egoístas o por simple desinformación, que bastaría con realizar pequeñas correcciones puntuales a esa globalización capitalista para hacerla sostenible.

La situación es ciertamente preocupante. Si no se realiza un drástico golpe de timón, los mercados financieros globales seguirán tomando las decisiones en sustitución de los ciudadanos sobre la utilización de recursos naturales, el uso privativo de elementos básicos para la vida como el agua o el suelo fértil, o sobre las emisiones de CO2 derivadas de la quema de hidrocarburos. Lo que quiere decir que los mercados llamados competitivos seguirán aplicando de forma insostenible e irreversible su racionalidad, esto es, apropiarse y utilizar los recursos naturales hasta agotarlos, deshacerse de los residuos de la forma menos costosa para el interés particular hasta anular completamente la capacidad de reciclado natural de los ecosistemas, y convertir en mercancía cualquier elemento del Medio Ambiente que pueda ser transformado en dinero, aunque sea tan vital como el aire o el agua.

¿Hay alguna esperanza de que se modifique radicalmente nuestra relación con el Medio Ambiente?. El hecho más alentador que puede señalarse es la velocidad a la que se han producido los cambios en la percepción social de los problemas. No hace ni 40 años que la sociedad empezó a tomar conciencia de la problemática ambiental, al ser alertada por la comunidad científica sobre los grandes retos del planeta derivados del rápido deterioro medioambiental. Hasta finales de los años sesenta, las interrelaciones físicas e inevitables entre las actividades humanas y la naturaleza apenas habían sido objeto de análisis: el Medio Ambiente, que ni tan siquiera existía como concepto, no era percibido como ese sistema complejo, dinámico, sinérgico e incierto que hoy conocemos y que mantiene una interdependencia absoluta con el sistema socioeconómico.

Han sido cuatro décadas de una acelerada sensibilización ambiental que tuvo a 1972, como primer escalón del proceso, pues ese año, además de salir a la luz el informe del Club de Roma sobre "Los límites del crecimiento", se comenzaron a poner los cimientos para lo que 20 años después se llamaría Cumbre de la Tierra (la Cumbre de Río de 1992): fue en 1972 cuando la Conferencia sobre el Medio Humano de Estocolmo instauró con la participaron 113 naciones el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

Quince años después, en 1987, la presión social desarrollada en la esfera mundial por un naciente movimiento ambientalista condicionó la publicacion del Informe Brundtland, en el que se advertía de forma expresa que la humanidad debía cambiar de modalidades de vida y de interacción comercial, si no deseaba el advenimiento de una era con inaceptables situaciones de sufrimiento humano y degradación ecológica. En este histórico informe emergió por primera vez el concepto de sostenibilidad.

Los años noventa representaron la consolidación del proceso de toma de conciencia planetaria de la situación de alerta ambiental. En la Conferencia sobre Medio Ambiente y Desarrollo de Río de 1992, se concertaron importantes acuerdos internacionales, y se formuló un vasto Programa de Acción sobre Desarrollo Mundial Sostenible. Consecuencia de este Programa, el Protocolo de Kioto fue firmado en 1997, obligando legalmente a las naciones industrializadas que lo suscribieron a reducir la emisión de los gases que dañan la capa de ozono en un 5,2% en los 10 años contemplados.

¿Va a ser posible que la humanidad recupere la senda de la sostenibilidad? No hay que ser ingenuos y olvidar que se trata ante todo de un problema de poder, de relaciones de fuerza entre el interés de unos pocos, muy poderosos, y las aspiraciones de supervivencia de la gran mayoría de la población. Y por ello, conscientes de que la rápida sensibilización ambiental y la creciente presión social que de ella se ha derivado no han sido de momento suficientes para provocar los cambios radicales imprescindibles, hay que seguir movilizándose para forzar la modificación de las políticas neoliberales en relación con el Medio Ambiente, lo que supone tanto cambiar completamente los métodos utilizados en los procesos productivos, como cuestionar los hábitos de consumo de los acomodados del planeta, ambos abiertamente insostenibles. Lo angustioso es que el tiempo que disponemos para hacerlo se está agotando.

(Le Monde Diplomatique, Noviembre 2005. Numero 121, http://www.monde-diplomatique.es/)

miércoles, noviembre 16, 2005

La mayor revolución tecnológica de la historia
Nanotecnología: ¿Qué significa?

Grupo ETC

La nanotecnología -la manipulación de la materia a escala de átomos y moléculas- promete ser la mayor revolución tecnológica de todos los tiempos. Sus aplicaciones actuales y potenciales cubren el increíble espectro de la biomédica, la farmacéutica, la industria cosmética, la alimentación, la agricultura, la industria química y de materiales, la industria de la construcción, la aeronáutica, la industria automotriz, textil, del caucho, la informática, la computación y muchas otras. Todo lo vivo y lo no vivo está compuesto de átomos y moléculas y es potencialmente pasible de ser modificado, cambiando sus propiedades o encontrando nuevos usos.

"Mas que una nueva ola tecnológica, la nanotecnología es un tsunami tecnológico: no se lo ve venir hasta que está sobre nosotros. Ya existen en el mercado 720 productos, incluyendo alimentos, cosméticos y farmacéuticos que contienen nanopartículas y no existe ningún tipo de regulación, etiquetado ni evaluación de sus posibles impactos" dijo en conferencia de prensa Pat Mooney, director del Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración (Grupo ETC)

Pat Mooney, canadiense, recibió el Premio Right Livelihood Award -más conocido como Premio Nobel Alternativo- por su trabajo pionero a nivel internacional (desde la década de 1980), sobre los impactos sociales y ambientales que tendría la revolución biotecnológica. Ahora, de visita en México para una serie de conferencias en varias instituciones universitarias (UNAM, Colegio de México, Universidad Autónoma de la Ciudad de México) alerta sobre esta nueva revolución tecnológica.

Según Mooney, "Sin que la sociedad lo haya advertido, estamos pasando de los productos genéticamente modificados a los productos atómicamente modificados, de la ingeniería genética a la geo-ingeniería (la manipulación del clima y fenómenos naturales), de los transgénicos a los 'trans-átomicos', sin el análisis y precaución que sería necesaria debido a los alcances de estas tecnologías".

A nivel nanométrico (por debajo de 100 nanómetros = 1 nanómetro es la millonésima parte de un milímetro), entran en acción los efectos cuánticos: la materia cambia sus propiedades físicas y químicas tal como las conocemos. Por ejemplo materiales que son blandos se vuelven extraordinariamente duros, o cambian el color, la conductividad eléctrica y térmica, la reactividad química. El uso de estas propiedades para aplicaciones industriales ya no es teórico.

"La nanotecnología tiene actualmente un mercado de 50,000 millones de dólares a nivel mundial, pero según la Fundación Nacional de la Ciencia de Estados Unidos, el mercado de productos nanotecnológicos alcanzará el billón de dólares para el año 2011. Analistas de la industria estiman que sólo 3 años después, en el 2014, este mercado será de 2,6 billones de dólares, equivalente a diez veces el de la biotecnología e igual a la suma combinada de los mercados de la informática y las comunicaciones", continúa Mooney.

Entre los productos que están en el mercado hay bloqueadores solares y cosméticos, por ejemplo cremas antiarrugas, que contienen nanopartículas o nanocápsulas para hacer más efectivo su uso. Pero esto podría tener impactos sobre la salud de quienes lo usen. Según explicó Silvia Ribeiro, investigadora del Grupo ETC en México, "Desde 1997 las universidades de Oxford y Montreal mostraron que el dióxido de titanio y el óxido de zinc en nanopartículas, presentes en cosméticos y bloqueadores solares, generan radicales libres y pueden ocasionar daños al ADN, provocando desde una simple inflamación de tejidos hasta tumores".

Según un informe presentado por la tóxicologa Eva Oberdörster a la Asociación Americana de Química en abril del 2004, peces que fueron expuestos a una disolución de fulerenos (nanoesferas de carbono) en agua, en porcentaje similar a lo que sería contaminación industrial corriente en ríos, sufrieron daño cerebral en 48 horas. En el mismo período, murieron todas las pulgas de agua en el estanque de prueba.

"Como las nanopartículas son tan pequeñas, el sistema inmunológico no las detecta - razón por la cual se está extendiendo rápidamente su uso para administración de medicamentos. Pero por eso mismo pueden incorporarse sin ser advertidas en el torrente sanguíneo, atravesar la barrera sanguínea que protege al cerebro y depositarse en otros órganos, con efectos potencialmente dañinos." explicó Ribeiro.

Pese a la proliferación de productos nanotecnológicos, la falta de regulación se debe a que los químicos que ahora se utilizan en nanopartículas, ya estaban aprobadas en su formulación macro, o como micropartículas (mil veces mayor que nano). Un informe de la Royal Society (academia de ciencias de Reino Unido) y la Real Academia de Ingeniería del Reino Unido de 2004, concluyó que esto es erróneo: las nanopartículas y los nanotubos se deben considerar químicos nuevos, porque sus propiedades cambian notoriamente y por tanto ser objeto de evaluación y precaución antes de su liberación al mercado.

Un número creciente de informes científicos y gubernamentales -principalmente en la Unión Europea- han alertado que las partículas construidas artificialmente a nano escala podrían presentar nuevos riesgos a la salud y al medio ambiente. El grupo ETC tiene varios informes al respecto, disponibles en su sitio web www.etcgroup.org

Los productos que contienen nanopartículas están en el mercado mexicano, principalmente a través de importaciones. Como no están etiquetados, los consumidores no pueden distinguirlos. Por ejemplo, podrían estar en cosméticos de la empresa L'Oreal y otras, en aditivos alimentarios producidos por la empresa BASF que se agregan a jugos cítricos. Todas las empresa que producen transgénicos (Monsanto, Bayer, Dupont, Syngenta, BASF y Dow) tienen inversiones en investigación nanotecnológica. Un plaguicida nanoformulado de Syngenta - Karate con tecnología Zeon-_ se está usando en los campos agrícolas, sin mediar ninguna evaluación de impacto ambiental que pueden producir las nanopartículas. Empresas alimentarias como Nestlé, Kraft Foods, Unilever están desarrollando productos nanotecnológicos.

Sin embargo, los impactos de salud y ambientales son sólo una parte de las preocupaciones. Mooney considera que los impactos económicos sobre los países del Sur serán de enorme relevancia, fundamentalmente debido a la sustitución de materias primas. "Ya se está utilizando nanotecnología para sustitutir materiales como el caucho de los neumáticos, y en poco años, la demanda de caucho natural caerá fuertemente. Países que dependen de esta y otras materias primas van a sufrir un impacto económico por la pérdida de sus mercados en pocos años. Lo mismo podría suceder con fibras textiles, como el algodón. Ya se están usando nanopartículas para crear textiles sintéticos que "no se manchan" y que diferencia a de la revolución del nylon y el poliester, tendrá la sensación de suavidad y frescura del algodón." Actualmente, más de 100 millones de familias dependen directamente de la producción de algodón y para 22 países de Africa es una exportación clave de sus economías.

Pat Mooney agregó que otra fuente de preocupación es la biología sintética o la llamada genómica sintética, que se propone crear vida artificial a partir de cero. "Además de presentar un enorme dilema ético que la sociedad no está discutiendo, así como posibles impactos ambientales, podría tener usos potenciales en armas biológicas, más peligroso aún teniendo en cuenta que se están haciendo varios proyectos de mapas genómicos que incluyen poblaciones indígenas y que permitiría tener información específica de esos grupos, abriendo la puerta para el diseño de "bombas étnicas".

Craig Venter, científico de fama mundial por participar en la iniciativa privada para secuenciar el genoma humano, creó recientemente la empresa "Synthetic Genomics" con capital del empresario mexicano Alfonso Romo, con la cual se propone crear organismos vivos artificiales. Investigadores de la Universidad de Florida crearon artificialmente una quinta y sexta letra del ADN (además de las existentes C,G,T,A).

"De pronto, podríamos encontrar que hay más "diversidad" artificialmente creada en un tubo de ensayo en Florida, que la existe en la naturaleza de un país megadiverso como México. Y paradójicamente, las fuentes para fabricarlas pueden ser de México, ya que por ej. Craig Venter pasó por las costas de Yucatán tomando muestras con un simple permiso de colecta científica entregado por la UNAM y sin que nadie le pidiera explicaciones".

Finalmente concluyó, "las patentes nanotecnológicas pueden ser la llave de un control corporativo de toda la materia viva y no viva nunca antes visto. Al patentar átomos o construcciones nanotecnológicas que permiten monopolizar combinaciones esenciales de la tabla periódica de elementos, se logra un control que sin precedentes. Ya existen este tipo de patentes".

Según Mooney y Ribeiro, es urgente el debate social sobre esta tecnología y sus implicaciones. El Grupo ETC y otras organizaciones de la sociedad civil plantean la necesidad de una moratoria a la liberación de productos nanotecnológicos hasta que se evalúen sus impactos de salud, ambientales y socioeconómicos.

miércoles, noviembre 09, 2005

Visita a otro planeta

Peter Rosset
Codirector de Food First
Oakland, California, EEUU


Anoche regresé al planeta Tierra: a la realidad de un mundo neoliberal. Estuve unos días en ese otro planeta llamado Cuba, justo en octubre, durante los preparativos por la eventual llegada a la isla del huracán Wilma. Cuando partí me llevé las imágenes del presidente Fox en Salamanca diciendo que México no necesitaba ayuda (a pesar de que en Chiapas, tras el paso de Stan, muchas personas tenían más de una semana sin recibir del gobierno ni agua ni alimentos), así como de la ineptitud y la absoluta falta de interés que mostró el presidente Bush hacia la gente de Nueva Orleáns afectada por Katrina.

La primera cosa que noté en Cuba fue que todo el mundo es meteorólogo, pero todo el mundo, lo mismo un taxista que una profesora, campesino o mesera. Si se pregunta a cualquier persona, "¿qué onda con el ciclón?", sin duda recibirá una explicación científica pormenorizada sobre fenómenos anticiclónicos, frentes de alta presión, corrientes del mar, bloques de aire de diferentes temperaturas, etcétera. No tardé mucho en darme cuenta por qué: siempre que se acerca un huracán a la isla, la televisión transmite extensos documentales, casi como si se tratara de un posgrado en meteorología, que abordan los más mínimos detalles de los pronósticos con escenarios posibles y potenciales. ¡Guau! Los responsables del contenido en la televisión tratan a la gente como personas inteligentes; nada que se asemeje al trato de idiotas que se estila en la programación capitalista de México y Estados Unidos. Hay enorme respeto a la población.

Días antes del esperado Wilma, sintonicé la radio: "Se pide a todos los bomberos voluntarios que se presenten en su puesto para iniciar la evacuación de todas las personas que viven en zonas bajas". Al salir a la calle vi equipos reforzando los postes de luz para evitar que fueran derribados. Almorzando con el encargado de agricultura urbana, que surte de verdura y fruta a los habaneros, me explicó cómo la alcaldía asegura el traslado de las posturas (plántulas producidas en semillero para el trasplante al campo) de hortalizas, como el tomate y el pimentón, a bodegas y lugares protegidos para que los agricultores pueden trasplantar sus siembras el día después del paso del huracán y así perder lo menos posible de su cosecha y ganancia. A pesar de esta importante previsión, supongo que tendrán pérdidas económicas algunas semanas, pero no hay tal, porque, según se me explica, "cada mes todos pagan una cantidad trivial por el seguro de cosecha, el cual cubre a todos y les permite recuperar sus ingresos e inversiones perdidos" (en otros países lo típico es que el seguro de cosechas, si lo hay, no cubra a más de 10 por ciento de los productores, que suelen ser los más ricos).

Todo el mundo está en la defensa civil. En cada lugar de trabajo hay personas designadas a los preparativos para proteger la planta física de la entidad. En cada cuadra una casa designada para la coordinación de las acciones de defensa civil antes, durante y después de la tormenta. En cada barrio una casa designada como el puesto de mando del barrio. Cada persona tiene su función durante desastres, la ha ensayado, actúa con responsabilidad y los vecinos cooperan.

Decido volver antes de tiempo a México. Aunque estoy en el país más preparado del mundo en materia de desastres naturales, recientemente premiado por la ONU, ¿para qué estar en la tormenta si no es necesario? Pongo la tele antes de salir para el aeropuerto. Explican que ya han evacuado más de medio millón de personas. No la ubican en campamentos bajo ni lonas, no, sino en universidades e institutos; envían a los estudiantes internados a casa (los que viven en zonas seguras) y utilizan los dormitorios estudiantiles para las familias evacuadas. Ponen las cocinas y cafeterías a trabajar; comida gratis para los evacuados. Por cada 100 familias, un médico evacuado con ellos, viviendo con ellos, atendiéndolos. Evacuaciones especiales para embarazadas, ancianos y niños. La gente es evacuada con sus electrodomésticos para que no tenga que preocuparse por sus bienes de mayor valor. Y, por increíble que parezca, junto con las personas ¡300 mil animales fueron evacuados!

Siento que soy astronauta de visita en otro planeta, con una civilización exótica, cuyo gobierno se preocupa por la gente, y donde la vida humana vale más que la propiedad privada. Lamentablemente se me acabó el tiempo y debí volver al planeta Tierra, a la triste civilización (si es que se merece la palabra) de Homo capitalistus. El avión aterrizó en México y despierto del sueño: estoy en el "mundo libre". Oye, ¿libre de qué?

- Publicado en La Jornada (México), lunes 31 de octubre de 2005 http://www.jornada.unam.mx/2005/10/31/031a2pol.php

lunes, noviembre 07, 2005

México – EEUU: La frontera infanticida

Instituto del Tercer Mundo

En lo que va del año han muerto, al menos, 450 personas al intentar cruzar la frontera entre México y Estados Unidos. Según los datos oficiales, el 10% son adolescentes, pero hay quienes señalan que la cifra real superaría el 16%. Antes, la estadística de mortandad infantil era de 8%, pero se incrementa cada año, lo mismo que el flujo de menores que intentan cruzar la frontera.

Hasta finales de octubre de 2005 se habían registrado 450 muertes a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México, de las cuales 45 son de adolescentes de entre 13 y 17 años de edad -10% del total- pero se estima que la estadística real de fallecimientos en este grupo etáreo es de 16%.

El número de menores indocumentados que mueren al intentar cruzar la frontera desde México se duplicó en los últimos años; según distintos analistas, esto se debe principalmente debido al desvío de las rutas, de ingreso a zonas cada vez más peligrosas intentando escapar de las guardias fronterizas.

Como principales causas de los decesos se destacan la deshidratación e insolación. Los fallecimientos han ocurrido principalmente en el corredor Arizona-Sonora y en el área de Texas. En su mayoría sucedieron en los meses de julio y agosto, época del año en la que se registran las temperaturas más altas en la región.

Uriel González Pérez, coordinador de las casas la Asociación Cristiana de Jóvenes para el Menor Migrante en la frontera norte de México, denunció que, de las 6.500 muertes de indocumentados registradas desde que se puso en marcha el operativo Guardián en octubre de 1994, casi mil corresponden a menores.

Recordó que, en los primeros años del operativo, que se instaló al intensificar la vigilancia, la estadística de mortandad infantil era de 8%, pero cada año crece en la medida que aumenta el flujo de menores que intentan cruzar la frontera. A su vez, alertó a los padres de familia para que no arriesguen a sus hijos al enviarlos a Estados Unidos por las zonas desérticas y montañosas, donde se han registrado casi todos los decesos.

Advirtió que además de los riesgos climáticos del desierto y las montañas, ahora se ha agregado el peligro de sufrir abusos, extorsiones y hasta secuestros de parte de las personas contratadas para cruzarlos por la frontera.


En pos del "american dream".

En agosto de este año, México y Estados Unidos anunciaron la puesta en marcha del "Programa Oasis", con el propósito de mejorar la protección a los inmigrantes indocumentados y procesar penalmente en cualquiera de los dos países a los traficantes de personas. El programa pretende prevenir muertes en la frontera común, de 3.200 kilómetros, en la temporada veraniega, cuando en diversos puntos de ésta se registran temperaturas extremas.

El Centro de Estudios Fronterizos y de Promoción de los Derechos Humanos (Cefprodhac) de Reynosa, México, había señalado en 2001 que "es de lamentar que esta inmigración se intenta frenar por la represión y no con programas económicos viables o la aplicación de políticas que busquen arraigar al inmigrante a su país de origen. Por eso fracasan las medidas que han adoptado las autoridades estadounidenses para frenar la inmigración indocumentada y cada año, ingresan cientos de miles de personas a este país, utilizando con ese fin algún punto de la extensa frontera norte de México".

El actor y productor mexicano John Carlos Frey, quien debutó en 2004 como director con "The gatekeeper", una película en la que se expone la realidad de la emigración mexicana que llega a Estados Unidos, sostiene que "los trabajadores mexicanos en Estados Unidos aportan al año 18.000 millones de dólares a la economía de México, el segundo mayor ingreso después del petróleo. Es por eso que al presidente Vicente Fox no le conviene cambiar las cosas. Es lamentable que el problema de la inmigración no se dé a conocer en los medios de comunicación, pese a que las cifras revelan que anualmente se encuentran unos 450 indocumentados muertos en los desiertos y montañas de Estados Unidos. Allí se muere más gente de la que se moría en el régimen iraquí de Sadam Huseín y nadie lo cuenta. A los inmigrantes los tratan como ganado, como si no fueran humanos. Los dejan entrar y luego no los quieren. Si no hubiera trabajo, no vendrían 500.000 cada año", declaró Frey.